Las presiones del CEO del BBVA y las discrepancias sobre el canje dinamitan la fusión con Sabadell
No habrá fusión entre el BBVA y el Banco Sabadell. Las discrepancias sobre el canje, la exigencia del Sabadell sobre la copresidencia de Josep Oliu y las presiones del CEO del BBVA han dinamitado el acuerdo y han hecho que se paralicen las conversaciones sobre la integración.
Horas antes del anuncio de la ruptura, fuentes conocedoras de la negociación explicaban a OKDIARIO que el CEO de BBVA, Onur Genç, no estaba convencido de la operación y estaba encabezando una campaña de presiones internas para que los esfuerzos inversores del banco se destinen a Turquía. El destino de fondos al país de origen de Genç ponían en peligro la fusión y finalmente han acabado por convencer a la cúpula de Sabadell de que la operación no es conveniente.
Genç nunca ha sido partidario de la fusión con Sabadell, señalan esas mismas fuentes. Los objetivos del turco, por el contrario, pasan por el hecho de que BBVA utilice su liquidez y capacidad de compra para adquirir la totalidad del capital de Garanti, entidad financiera que ya controla con casi un 50% de las acciones.
Genç nunca ha ocultado su predilección por Turquía. Y su cercanía con el presidente Erdogan, igualmente conocida, fue de hecho clave en su actual posición en el banco. Pero esos planes, ni satisfacían a Sabadell, ni parecían contar con el visto bueno de las instituciones europeas, que prefieren un refuerzo de los bancos comunitarios con el fin de evitar exposiciones al riesgo del sistema financiero.
Oferta insuficiente
Este problema se sumaba a otros existentes. Responsables de Sabadell consideraban, de hecho, que la oferta de BBVA de una vicepresidencia no ejecutiva para el actual presidente del banco catalán no era suficiente. El plan de Sabadell consistía en hacerse con una copresidencia de forma que el poder la futura fusión quede repartido entre ambos bancos y, sobre todo, en caso de Carlos Torres tenga un problema ante la Justicia por culpa del caso Villarejo, quede claro que el relevo al frente del nuevo y fusionado megabanco acabe en manos del actual presidente del Banco Sabadell.
Actual esquema
El esquema actual de reparto de poder entre los dos bancos tiene todos los signos de una de las entidades y prácticamente ninguno de la segunda de las entidades. Y ese esquema, evidentemente, no satisfacía al absorbido. Fuentes conocedoras de las negociaciones entre ambos bancos han señalado a OKDIARIO que «no se trata de una cuestión de no asunción de la diferencia de tamaño entre ambos bancos, sino de una cautela ante lo que puede ocurrir en el futuro en materia judicial». La fuente alude de esta manera a un problema al que se enfrenta Carlos Torres y que genera incertidumbre no solo entre las entidades financieras, sino también en el entramado regulatorio europeo.
La fusión de BBVA y Sabadell preocupaba mucho en la UE. Fuentes de la Comisión Europea y el Europarlamento han reconocido a este diario que la creación de grandes bancos con tamaño y oxígeno financiero suficiente para capear la crisis es acogida como una buena noticia en la UE; de hecho, el BCE lleva meses impulsándolas. Pero la situación de la cúpula que debería mandar en ese megabanco no es la idónea para algunas de esas fuentes.
Tal y como se planteaba la operación, la cúpula de BBVA contaba con todas las papeletas para mandar al 100% ante la enorme diferencia de peso entre la entidad y Sabadell. Eso suponía que el presidente de BBVA -Carlos Torres- y el consejero delegado (CEO) de la misma entidad -Onur Genç- se mantendrían al frente, ya no de un gigante, sino de un megagigante bancario.
Torres hubiera sido, más que presumiblemente, el presidente ejecutivo de esa futura entidad, cargo que ocupa actualmente en BBVA. Ahora bien, Torres depende aún de la resolución de un proceso judicial por las relaciones entre Francisco González y el comisario Villarejo.
Genç, el turco incorporado a la cúpula tras la toma de control de Garanti por BBVA, mantiene unas estrechas relaciones con el polémico presidente turco Erdogan. Ninguno de esos hechos son del agrado pleno de la UE. Ambas cuestiones pusieron en alerta a sectores de la UE, que buscaban una cúpula tranquila y sin inestabilidad.
Otra fuente cercana al supervisor europeo ha explicado a este diario el dilema con respecto a la fusión de los dos bancos: «Imaginemos que sale adelante la fusión y que, unos meses después, el consejo de BBVA y el propio Torres son imputados por la Audiencia Nacional y tiene que dejar el cargo. Se produciría un vacío de poder en una entidad absolutamente sistémica al que ni el BCE ni el Banco de España pueden arriesgarse».
Finalmente, no habrá fusión ni megagigante bancario.
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