La OCU detalla la cantidad de agua necesaria para producir determinados alimentos
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El consumo de agua es un tema que a menudo se simplifica a la cantidad que usamos directamente en nuestras actividades cotidianas, como beber, ducharnos o limpiar. Sin embargo, esta visión no considera la vasta cantidad de agua involucrada en la producción de los productos y alimentos que consumimos diariamente. Esta «agua invisible» representa una parte significativa de nuestra huella hídrica y es crucial para entender el impacto real de nuestras decisiones de consumo según un reciente estudio elaborado por la OCU.
Cuando reflexionamos sobre el uso del agua, es fácil centrarse en las actividades más visibles y directas. No obstante, la realidad es que la mayor parte del agua que usamos no se ve. Está escondida en los procesos industriales, en la agricultura y en la producción de bienes. Cada vez que compramos una camiseta de algodón, comemos un filete de carne o incluso usamos un teléfono inteligente, estamos utilizando miles de litros de agua que han sido necesarios para producir esos bienes. La mayoría de nosotros no somos conscientes de esto y, por lo tanto, no consideramos este factor al tomar decisiones de compra.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha arrojado luz sobre este tema, revelando datos que son esenciales para comprender la verdadera magnitud del consumo de agua en nuestras vidas. La huella hídrica es un concepto que mide el volumen total de agua utilizado en la producción de bienes y servicios. Este indicador medioambiental distingue entre tres tipos de agua: azul, verde y gris.
La OCU detalla la cantidad de agua para algunos alimentos
La huella hídrica nos proporciona una visión más completa del uso del agua, dividiéndola en tres categorías principales. El agua azul se refiere a aquella que se extrae de cuerpos de agua superficiales o subterráneos, como ríos, lagos y acuíferos, y se utiliza directamente en el proceso productivo. Este tipo de agua es esencial para la agricultura de riego y la industria.
El agua verde es la humedad del suelo proveniente de la precipitación que es absorbida por las plantas. Este tipo de agua es fundamental en la producción agrícola, especialmente en cultivos que no dependen de sistemas de riego artificial. Por último, el agua gris es la cantidad de agua que se necesita para diluir los contaminantes generados durante la producción de un bien hasta alcanzar niveles aceptables de calidad.
En España, la situación es particularmente preocupante. Este país ocupa el octavo lugar mundial y el segundo en Europa en términos de huella hídrica per cápita. Aunque solo el 2% de esta huella se debe al consumo directo de agua en los hogares, el restante 98% proviene de la producción de bienes y servicios que consumimos. Este dato es sorprendente y subraya la importancia de considerar el impacto hídrico de nuestras decisiones de compra.
El impacto de la producción en nuestra huella hídrica
La OCU nos proporciona ejemplos claros del impacto hídrico de varios productos. Por ejemplo, para producir un kilogramo de carne de ternera se necesitan alrededor de 15.000 litros de agua. Este elevado consumo se debe al agua necesaria para cultivar el alimento del ganado, así como al agua bebida por los propios animales y la utilizada en los procesos de limpieza y procesamiento.
Por otro lado, productos agrícolas como el arroz también tienen una huella hídrica significativa. Producir un kilogramo de arroz requiere aproximadamente 2.500 litros de agua, en gran parte debido a las condiciones de cultivo que requieren grandes cantidades de agua para mantener los campos inundados.+
Otros alimentos con gran consumo de agua son las lechugas, con 237 litros para un sólo kilo y también bebidas como la cerveza que requieren 300 litros de agua para un sólo litro.
La industria textil no se queda atrás. Producir una camiseta de algodón requiere alrededor de 2.500 litros de agua, mientras que un par de pantalones vaqueros puede necesitar hasta 8.000 litros. Estos números reflejan no solo el agua utilizada en el cultivo del algodón, sino también en los procesos de manufactura y tintura de las prendas.
Incluso productos tecnológicos como los smartphones tienen una considerable huella hídrica. La producción de un solo teléfono inteligente puede requerir hasta 13.000 litros de agua. Esto se debe al agua utilizada en la extracción de minerales, la fabricación de componentes y el ensamblaje del dispositivo.
La necesidad de un consumo informado
Para poder tomar decisiones más sostenibles, es crucial que los consumidores tengan acceso a información detallada sobre la huella hídrica de los productos que compran. Actualmente, esta información no siempre está disponible, lo que dificulta la adopción de prácticas de consumo responsables. La OCU aboga por la inclusión de datos sobre la huella hídrica en el etiquetado de productos, junto con información sobre la huella de carbono y la huella ecológica.
Además, es importante que los fabricantes hagan un esfuerzo por mejorar la eficiencia hídrica de sus procesos productivos y elijan proveedores ubicados en regiones sin estrés hídrico. Esto no solo ayudaría a reducir la huella hídrica global, sino que también contribuiría a una distribución más equitativa de los recursos hídricos.
El agua es un recurso fundamental y escaso. En muchas regiones del mundo, la disponibilidad de agua dulce es limitada y la demanda sigue creciendo. Por ello, es vital que todos, desde los productores hasta los consumidores, tomemos conciencia de nuestro consumo de agua y busquemos maneras de reducirlo.