Economía
ENERGÍA

Las nucleares advierten del cierre de centrales en 2035: 28.000 empleados afectados y fuga de cerebros

Algunos empleados de las nucleares con formación técnica se irán a países que sí están apostando por esta fuente de energía

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

El cierre de las centrales nucleares que el Gobierno de Pedro Sánchez ha dispuesto para entre los años 2027 y 2035 afectará a un total de 28.000 empleados directos o inducidos, según Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear. En su opinión del máximo dirigente de la asociación, algunos de los profesionales podrán continuar trabajando en el desmantelamiento de las instalaciones, pero otros «muy preparados» emigrarán a países extranjeros con políticas diferentes sobre este tipo de fuentes energéticas.

Siguiendo el 7º Plan General de Residuos Radiactivos (PGRR), documento por el que el Gobierno español establece su política en materia de gestión de residuos radiactivos, el proceso de cierre de los reactores nucleares en España dará inicio con el de Almaraz (Extremadura) en noviembre de 2027, seguido por el cese de operaciones del segundo reactor en octubre de 2028. Tras ello, los reactores de Ascó (Cataluña), Cofrentes (Valencia), Vandellós (Cataluña) cerrarán progresivamente, y finalmente, Trillo (Castilla-La Mancha), que completará su cierre en mayo de 2035.

El representante del sector nuclear asegura que algunos de los 28.000 empleados que trabajan de forma directa o indirecta para las nucleares podrán continuar en el desmantelamiento de las centrales, pero no todos tendrán esa suerte.

Por ejemplo, en el caso de los profesionales que trabajan en Extremadura, «los trabajadores están muy inquietos» y en la «Comunidad Autónoma se está produciendo un impacto en el empleo, aunque una parte de los trabajadores actuales de las centrales seguiría después trabajando para el desmantelamiento», explica el presidente del Foro Nuclear. De hecho, incluso «los sindicatos UGT y CC.OO. están a favor de la continuidad de la central nuclear».

Para Araluce, en España «hay gente joven que puede irse a Francia o a otros países» tras el cierre. «La gente en España está muy preparada desde el punto de vista técnico nuclear y puede trabajar perfectamente en otros países». De hecho, los técnicos nucleares españoles tendrán la oportunidad de continuar su carrera en el extranjero dado que otros países de Europa siguen un rumbo completamente diferente.

«Europa ha construido una autovía energética gigantesca que apuesta por la renovable y la energía nuclear. En España hemos decidido ir en la misma autovía pero en sentido contrario. Es decir, todo el tráfico va en un sentido en toda Europa y en España hemos decidido ir a renovables, pero sin energía nuclear», asegura.

Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear.

El cierre de las centrales nucleares

El Foro Nuclear considera que el contexto y las circunstancias han cambiado profundamente desde que se firmó el acuerdo del cierre de las nucleares en 2019. «Desde entonces, la inmensa mayoría de los países han dado un golpe de timón buscando tener una mayor independencia energética, asegurar el suministro y tratar de abaratar el costo», afirma.

De hecho, el representante confiesa que el acuerdo fue la salida que las energéticas encontraron en aquel momento: «La idea no era pactar el cierre, sino la continuidad por unos años. En aquella época había sectores que pedían el cierre inmediato. Los 40 años de operación era como un mantra que parecía que no se podía superar. En 2019 se llega a una operación media de 46 años. Hay que ponerse en la mentalidad de aquel momento».

«La mayoría de todos los países que tienen energía nuclear han decidido continuar haciendo alargamiento de vida de las centrales y construir muchas más, y los países que no la tienen han decidido apostar por ella», sentencia Araluce. «Polonia aún no tiene ninguna central nuclear y va a crear un programa gigantesco para tener independencia energética, seguridad de suministro y para tener el coste contenido; Suecia ha dado un giro total y Francia va a construir una represa».

Por ello, las nucleares no han tirado la toalla: «Vamos a plantear al Gobierno una modificación de ese calendario, hay que replantearse el tiempo. Tenemos activos que producen el 20% de la energía que no emite CO2 en España». Aún así, Foro Nuclear afirma que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aún no les ha recibido ni ha hablado con ellos.

De hecho, la energía nuclear sólo cuenta con una potencia neta instalada del 5,71% del total y, con ello, consigue una producción neta del 20,34%. La diferencia con el resto de fuentes en España es significativa. Por ejemplo, la eólica cuenta con una potencia instalada neta del 24,65% del total y produce el 23,49% de la energía.

«Las centrales nucleares españolas han generado durante el pasado año 54.275,01 GWh» con «una potencia neta de 7.117 MW» y «han conseguido ser la segunda fuente de producción en España», según los datos de Red Eléctrica analizados por Foro Nuclear. Además, los siete reactores nucleares españoles en operación operan prácticamente el 90% de las horas del año y en 2023 han conseguido evitar unos 20 millones de toneladas de CO2.

Con todo, la ministra Ribera no sólo no ha iniciado conversaciones con las nucleares sino que ha decidido aumentar el 40% la tasa Enresa, un importe que las empresas que operan las nucleares deben de abonar a la compañía pública Enresa para la gestión de residuos radiactivos.