Economía
Pedro Sánchez contempla un gaseoducto entre España e Italia como alternativa a Francia

Meloni es partidaria del gaseoducto con España y Sánchez tendrá que tragarse el sapo de negociar con ella

Pedro Sánchez tendrá que tragarse el sapo de negociar próximamente con Giorgia Meloni, y poner buena cara ante la nueva Presidenta de Italia. Tras el portazo dado por el Presidente francés, Emmanuel Macron, al MidCat, el gaseoducto que uniría España y Francia, a Sánchez no le queda otra.

«Si no sale adelante el plan A, habrá que buscar el plan B», declaró el Presidente del Gobierno español a finales del pasado mes de agosto, ante las reticencias francesas de activar la construcción de un gaseoducto entre España y Francia para transportar gas al norte y centro de Europa.

El plan B al que se refirió Sánchez es la construcción de un gaseoducto submarino entre Barcelona y Livorno, en la costa occidental de la Toscana. Más de 700 kilómetros y una inversión necesaria estimada en al menos 3.000 millones de euros.

Giorgina Meloni también valora a esa posibilidad. El programa electoral del partido de Meloni defiende el aprovechamiento de la energía del país «para prevenir posibles crisis» y «superar la dependencia energética de Rusia». Pretende, dice el programa de la nueva Presidenta del país, hacer de Italia «el centro europeo de energía», y propone la «creación de nuevos gaseoductos, a partir de la conexión con España, y refuerzo de los existentes».

Meloni aboga en su programa electoral por la «explotación de recursos presentes en nuestro territorio a partir de yacimientos de gas, reactivación y modernización de las plantas existentes y construcción de nuevas (…)». Y defiende «invertir en investigación sobre última generación de energía nuclear», así como la producción de energía de fuentes renovables «desburocratizando los trámites de autorización».

Enagás, la compañía española encargada del transporte y suministro de gas, que gestiona 12.000 kilómetros de gaseoductos, ya ha iniciado el estudio de viabilidad del proyecto del gaseoducto submarino que uniría España e Italia. También la compañía italiana Snam, que cumple en su país las mismas funciones que Enagás.

El gaseoducto que proyectan Enagás y Snam podría estar operativo en cinco años, y estaría preparado también para transportar hidrógeno verde en 2039. El plan estratégico presentado por Enagás, hasta el año 2030, incluye la construcción del gaseoducto entre Barcelona y Livorno.

La compañía española, con un valor en Bolsa de más de 4.300 millones de euros, está participada por la Sepi en solo un 5%, pero el Estado controla la empresa, al impedir a cualquier otro accionista superar ese mismo umbral del 5%.

Al cierre de esta edición Pedro Sánchez, con Covid, no había felicitado a la nueva Presidenta de Italia. Pero tampoco hizo ayer lunes declaraciones en contra de Meloni o advirtiendo contra el próximo Gobierno italiano. El líder del PSOE templa su reacción: un gaseoducto de 3.000 millones de euros así lo requiere.