BANCO CENTRAL EUROPEO

Malestar en Alemania con Christine Lagarde por su «obsesión con bajar los tipos de interés»

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Alemania no oculta su malestar con las bajadas de tipos de interés del BCE lideradas por Christine Lagarde. De hecho, su representante en la entidad europea, Isabel Schnabel, está particularmente molesta por el modo en que se han comunicado algunos de sus colegas a lo largo de estos últimos meses.

Fuentes del Banco Central Europeo confirman ese malestar de Schnabel, aunque lo achacan al «funcionamiento habitual de la entidad» y a que «no se puede estar de acuerdo en todo», pero la realidad es que Alemania no está cómoda con que empiecen a bajar los tipos de interés en un momento en el que, además, la inflación está repuntando en muchos países. De hecho, en mayo los precios crecieron hasta el 2,6% en la eurozona, con los alimentos frescos liderando las subidas -hasta el 1,8%, seis décimas más-. El dato es particularmente malo en algunos países, como es el caso de España, donde esa inflación repuntó tres décimas hasta el 3,6% en mayo, y donde los efectos de segunda ronda de la inflación parecen estar causando un mayor impacto.

Los efectos de segunda ronda, es decir, cuando aquello que generó la inflación provoca una cascada en la subida de precios, han impactado en mayor medida en aquellos países dependientes del transporte, por el incremento de los precios de origen. Y se han ido transmitiendo al resto de productos en forma de incremento de precios. El propio Gobierno de España, que en su momento atribuía la subida de precios «al incremento de los beneficios empresariales», reconoce en los informes del ministerio de economía que esa inflación se debe, cerca de un 90%, al incremento de precios en origen.

Alemania y las bajadas de tipos de interés

Isabel Schnabel no entiende la economía como la entiende Christine Lagarde, la presidenta del BCE, y desde luego no entiende que con una «inflación de segunda ronda muy persistente» se esté planteando una segunda bajada de los tipos de interés cuando no se ha producido la primera. Hoy mismo, el Banco Central Europeo bajará los tipos de interés 25 puntos básicos -un 0,25% si se prefiere- y pondrá fin al ciclo más rápido de subidas. Aquellas que comenzaron en julio de 2022 para intentar frenar la escalada de precios que se derivó de la guerra de Ucrania.

Al respecto, la propia Schnabel ha sido mucho más clara que Lagarde al reconocer que la influencia del BCE sobre la inflación que generaba la subida del precio de la energía era muy limitada. La guerra elevaba los precios, y no era un problema de demanda -que se controla más fácil subiendo los tipos-, sino de oferta. Era más cara porque la producción había cambiado, y la demanda no podía variar mucho, por más que el BCE quisiera controlar los precios. Por eso, desde Alemania reconocieron sin ambages que «el mayor impacto sobre la inflación lo tenía la caída en el precio de la energía» y no la «subida de los tipos de interés».

Pero lo cierto es que esa subida de la energía tenía un efecto arrastre y eso es lo que sí ha tratado de controlar el BCE. Eso, y que el euro no quedara diluido frente al dólar, o que se disparase. Lograr ese equilibrio es a lo que responden las subidas de tipos de interés, y no la energía. Y nada ha cambiado para que haya que bajar los tipos. Es cierto que la inflación ha caído desde más del 10% en muchas zonas, pero no parece estar controlada en el entorno del 2%, como quiere el BCE, pese a las bajadas.

Los factores externos es lo que origina una discusión en el seno del BCE. Para Lagarde y su equipo de asesores, la economía de fondo podría sufrir algún shock que le llevase a caer, y bajar los tipos de interés ayudará a estabilizar el crecimiento sin disparar los precios. Alemania, Schnabel, discrepa de este pensamiento. Entiende una primera bajada de tipos como un mensaje al mercado, pero considera que «los riesgos económicos son elevados, y que bajar los tipos antes de tiempo» manda un mensaje doblemente negativo: «no debe volver a dispararse la inflación y hay que tener armas para poder incentivar la economía si la geopolítica impactase en alguno de los sectores de crecimiento».

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