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Enfado de Argelia con España por decir que abrirá el gasoducto del Magreb para llevar gas a Marruecos

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Carlos Ribagorda

La decisión de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, de abrir el gasoducto del Magreb para bombear gas de España a Marruecos -después de que el 1 de noviembre Argelia lo cerrara por sus problemas políticos con el reino alauí-, ha provocado el enfado en los dirigentes del país argelino, según explican fuentes conocedoras de la situación. Aunque el Gobierno español defiende que se trata sólo de un simple acuerdo comercial, «como corresponde hacer con cualquier otro socio o vecino», aseguran, las fuentes consultadas explican que las relaciones gasistas entre Argelia y España «penden de un hilo» por este asunto. Desde el Ministerio de Transición Ecológica no han querido hacer comentarios, mientras que fuentes oficiales del Ministerio de Asuntos Exteriores desmienten categóricamente «el supuesto enfado de Argelia» y califica las relaciones entre los dos países de «buenas y fluidas».

El pasado dos de febrero el Ministerio de Transición Ecológica anunció que había acordado con Marruecos tratar el gas que compre este país en los mercados internacionales en las plantas de regasificación españolas y bombearlo posteriormente a Marruecos a través del gasoducto del Magreb, que une Argelia con España a través de suelo marroquí. El Ministerio de Ribera lo explica así: «Marruecos ha pedido apoyo para garantizar su seguridad energética sobre la base de las relaciones comerciales y España ha respondido positivamente a su petición, como corresponde hacer con cualquier otro socio o vecino. Con total transparencia, Marruecos podrá adquirir GNL en los mercados internacionales, desembarcarlo en alguna planta de regasificación peninsular y utilizar el gasoducto del Magreb para que llegue a su territorio».

Este acuerdo llega tres meses después de que Argelia decidiera cerrar el gasoducto del Magreb, que nutría de gas a España pero que al pasar por suelo marroquí daba derecho a Marruecos a quedarse con un porcentaje del gas. Sin esa energía, el reino alauí ha quedado en riesgo de desabastecimiento, lo que le ha llevado a buscar acuerdos con otros países internacionales para garantizarse el suministro.

Entre esos países está España, que ha decidido abrir el gasoducto cerrado por Argelia y ponerlo al servicio de Marruecos. Se da la circunstancia de que las relaciones entre Marruecos y España han pasado por un periodo muy convulso después de que el Gobierno decidiera el año pasado traer de tapadillo al líder del frente polisario, Brahim Gali, y tratarle en el hospital de Logroño.

Cae la llegada de gas de Argelia

Marruecos y España llevan meses negociando el acuerdo anunciado el 2 de febrero. Coincidiendo también con el cierre del gasoducto del Magreb, la llegada de gas procedente de Argelia a España ha disminuido de forma importante, hasta el punto de que en enero Estados Unidos ha desbancado al país africano como el primer suministrador de España -ya en diciembre se disparó la llegada de gas de Estados Unidos y de la propia Rusia-.

Cuando Argelia decidió cerrar el gasoducto por sus problemas políticos con Marruecos, dos ministros del Gobierno viajaron a Argel para asegurar el suministro de gas argelino a España. El Gobierno africano garantizó el abastecimiento a España con GNL llegado en metaneros y tratado en las plantas españolas.

En enero no ha llegado a España ni un metanero procedente de Argelia, lo que es interpretado por las fuentes consultadas como una muestra de ese malestar argelino. El momento coincide también con la amenaza de guerra en Ucrania y la decisión de Estados Unidos de inundar de gas Europa, lo que ha abaratado los precios del gas norteamericano.

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