Declaración de la Renta

El Gobierno aprovecha la inflación en máximos para que los españoles paguen más por el IRPF

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Pese a que la inflación sigue en máximos históricos, lo que ya merma  sobremanera el poder adquisitivo de los españoles, el Gobierno no ha dudado en aplicar una medida confiscatoria adicional para recaudar más al no deflactar el impacto de la evolución del IPC a lo largo de 2021 en la configuración del IRPF anual. Con ello, se embolsará más de 4.100 millones en sus arcas, acudiendo a una suerte de impuesto encubierto que esquilma todavía más si cabe el bolsillo de los ciudadanos.

Ante la espiral alcista de los precios de la energía, la tasa de inflación cerró el año pasado en el 6,5%. Por si fuera poco lo que eso supondrá para el presupuesto de los españoles, los que declaren el IRPF a partir de abril tendrán que pagar más que el año pasado, de un plumazo y sin medias tintas. En concreto, la cifra de la reducción en la base imponible de la declaración conjunta es de 3.400 euros y en la individual, de 2.150 euros. En su defecto, para tratar de compensar el impacto de la inflación, Hacienda tendría que haber aumentado en la conjunta a los 3.600 euros y en la individual a los 2.290 euros, comenta  Carlos Lacaci, del despacho Lacaci & Delgado Abogados. Por tanto, hay una diferencia de unos 220 euros en el primer caso y de 140 en el segundo que recaerá en los hogares.

«Si eso no se imputa, lo que sucede es que todos los ciudadanos tenemos una subida encubierta de impuestos», explica este abogado, que subraya el carácter subrepticio del gravamen.»No se expone el Gobierno porque no es una subida directa de impuestos, pasa más desapercibida», apunta.

El Ejecutivo se limita a ser pasivo, a no tomar una decisión para amortiguar el efecto que tiene la fuerte escalada de los precios que se pagan por todos los bienes y servicios básicos como los alimentos, la electricidad o la gasolina, por citar algunos ejemplos. A esta práctica los economistas la denominan «fiscalidad en frío». Lo que consigue es ejercer una presión fiscal aún mayor de la que ya sufren los españoles para que el Estado ingrese más dinero sin tener que anunciar un alza explícita de los impuestos, desligándose de la imagen negativa que eso confiere para el Gobierno de turno. «Hacienda no ha hecho nada para corregir el impacto que tiene la inflación en la Declaración de la Renta cuando tendría que haberlo hecho adaptando la inflación a las bases reductoras», señala Lacaci.

La intencionada inacción del Gobierno de Pedro Sánchez empeora más si cabe la frágil tesitura por la que atraviesan muchas familias, atrapadas entre el alto desempleo y la obligación de reservar parte de sus rentas para responder ante el fisco. «Un trabajador medio en España ya trabaja más de 180 días al año, es decir, más de seis meses, para pagar solo impuestos directos e indirectos. Si ahora no hace nada para paliar el efecto de la inflación, se agrava más esa situación», ilustra Lacaci. El resultado: queda menos dinero disponible en el bolsillo de los españoles.

El perjuicio será mayor o menor en función de la Comunidad Autónoma donde se resida. Madrid será donde más se notará la subida: cada madrileño tendrá que apoquinar de media 240 euros más. Le siguen Barcelona, donde el incremento será de 230 euros y Baleares, de 215.

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