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España puede evitar las crisis provocadas por la sequía: sólo aprovecha un 8,8% de sus recursos hídricos

Eurostat establece que España está lejos de encontrarse con un problema de escasez de agua

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Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

Los problemas relacionados con la sequía o la energía en España están en el candelero, sobre todo tras el apagón que sufrió el país el pasado lunes. La falta de agua provoca temor y, de hecho, ha sido una de las causas de las grandes subidas de los precios de los alimentos durante el año pasado, afectando especialmente al aceite de oliva. Sin embargo, y pese a todas las dificultades que ha enfrentado, el país sólo utiliza un 8,8% de sus recursos hídricos, según un estudio reciente del portal estadístico de la Comisión Europea, Eurostat.

En ese sentido, el informe establece que España está lejos de encontrarse con un problema de escasez de agua, pese a la sequía que sufrió el año pasado. Así, los problemas de recursos hídricos que se dieron en el país pudieron ocasionarse, en parte, a dificultades a la hora de gestionarlos.

La Comisión Europea considera que las «frecuentes» sequías, la «presión cada vez mayor sobre los recursos hídricos, las cuestiones relacionadas con la explotación y la escasez del agua adquieren cada vez más importancia». Por ello, las autoridades europeas han decidido realizar un profundo estudio sobre el tema.

Para ello, Eurostat ha elaborado el índice de explotación hídrica plus (IEH+), con el que refleja «el nivel de escasez hídrica, midiendo el consumo total de agua como porcentaje de los recursos renovables de agua dulce disponibles para un territorio y período determinados».

España y la sequía

El índice es claro: «Valores superiores al 20% se consideran generalmente un signo de escasez hídrica, y valores superiores al 40% indican escasez hídrica grave». Sin embargo, España está lejos de encontrarse en una situación preocupante, a diferencia de otros países europeos.

Por ejemplo, con datos de 2022, «Chipre registró un 71%, lo que indica que el uso de los recursos de agua dulce era insostenible». Una situación que viene de lejos, pues el índice en ese país estaba ya en el 59% en el año 2000.

Malta y Rumanía también suspenden, con valores del 34,1% y el 21,0% en 2022, algo que refleja el problema de estos países a la hora de consumir agua. Con todo, la economía española se encuentra bastante lejos de esto y no explota la inmensa mayoría de sus recursos hídricos.

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Vista del embalse de Picadas en Madrid (Foto: Europa Press).

«Grecia, Portugal y España, con un 13,8%, un 10,1% y un 8,8%, respectivamente, se situaron por debajo del umbral del 20%, pero aún por encima de la mayoría de los países de la UE», explica la Comisión Europea.

Y es que la media de la Unión Europea fue en 2022 del 5,8%. Una cifra baja, pero que sufrió un ascenso de 0,9 puntos porcentuales en comparación con los datos recabados en 2021 y significó el nivel más alto de la historia comunitaria.

En los casos de Letonia, Croacia, Suecia, Eslovaquia, Lituania, Eslovenia, Finlandia y Luxemburgo, todas estas naciones pueden presumir de un IEH+ inferior al 1%, «lo que indica que no se encontraban en condiciones de estrés hídrico».

Con todo, Eurostat advierte de que la situación es cíclica y que hay momentos del año más críticos: «Las diferencias regionales y la gravedad de la escasez de agua durante los meses de verano no se aprecian en estos valores medios nacionales anuales. En particular, en el sur de Europa, la escasez de agua puede ser un problema grave en primavera y verano, agravado por la alta presión sobre los recursos hídricos causada por las necesidades agrícolas, el suministro público de agua y el turismo».

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