España pierde 11 puestos en competitividad fiscal con Sánchez: ya se sitúa al nivel de México y Colombia
La voracidad fiscal de Sánchez está haciendo mella en la economía y en el bolsillo de los contribuyentes. Concretamente, desde 2019, España ha perdido 11 puestos en el Índice de Competitividad Fiscal, pasando del puesto 23 al número 34 del ranking, la mayor caída de todas las economías de la OCDE, con lo que se sitúa al nivel de países como México o Colombia. Asimismo, los españoles realizan un esfuerzo fiscal un 52,8% superior al de la Unión Europea, que ya de por sí es bastante elevado en el contexto internacional.
El análisis global del Índice de Competitividad Fiscal (ICF) de la Tax Foundation abarca las 38 economías de la OCDE y permite comparar el diseño de las normas tributarias de las economías desarrolladas, desvelando qué países presentan un sistema más inteligente y favorecedor del crecimiento y evidenciando qué demarcaciones sufren un modelo más obstruccionista y entorpecedor del desarrollo y el progreso socioeconómico, entre las que, lamentablemente, cada vez destaca más España.
España se sitúa, en el año 2022, en la posición 34 del total de los 38 países analizados, once puestos más abajo que la posición 23 que ocupaba en 2019 y dos más debajo de la 32 del 2021, lo que muestra una pérdida notable de competitividad fiscal en nuestro país, que ya se encontraba en posiciones rezagadas en el entorno internacional, posición que va a peor y seguirá empeorando si se continúa con persistentes subidas de impuestos y creación de nuevas figuras tributarias.
Durante los últimos años, la mayoría de los mercados de la OCDE han reducido sus impuestos, mejorando su puntuación absoluta, mientras que España es el que más ha empeorado. De 2020 a 2022 la brecha de competitividad fiscal que nos separa de los niveles promedio observados en el resto de las economías desarrolladas se está ensanchando y ha crecido de 5,5 a 12,2 puntos. España se sitúa, pues, a contracorriente incrementando los impuestos existentes y creando nuevos. Según este análisis, la política fiscal de Sánchez no sólo reduce la competitividad fiscal, sino que nos sitúa en un plano de creciente desventaja en clave internacional.
A partir de este índice, el Instituto de Estudios Económicos ha desarrollado un indicador denominado Indicador de presión fiscal normativa -la carga de gravamen que el diseño del sistema fiscal introduce en las economías, al margen de la recaudación que obtenga- y en 2022 dicho indicador se sitúa en 116,4 puntos, un 16,4% más elevada que la media de la UE y considerablemente mayor que los 112,8 puntos de 2021 o que los 110,5 puntos del año 2020.
La situación de España es también un 16,8% peor que la del promedio de los países de la OCDE, que tiene 99,6 puntos. En cuanto al esfuerzo fiscal, que tiene en cuenta la diferencia en los niveles de renta relativos de los distintos países, estableciendo la UE-28 como nivel 100, se puede apreciar que España realiza un esfuerzo fiscal un 52,8% superior al de la Unión Europea, que ya de por sí es bastante elevado en el contexto internacional, muy por encima del de otros países de la OCDE. Entre las grandes economías avanzadas ninguna presenta un esfuerzo fiscal superior al de nuestro país.