Cómo combatir el cambio climático ahorrando dinero

Cambio climático
Cómo combatir el cambio climático ahorrando dinero

El compromiso internacional para adoptar medidas para paliar los efectos del cambio climático está en la hoja de ruta de la comunidad internacional y los objetivos marcados por la UE y Naciones Unidas son muy exigentes. Para cumplir con los mandatos de Bruselas, el gas natural juega un papel decisivo para lograr un sistema bajo en emisiones de carbono por ser una fuente de energía más limpia y menos contaminante. Y no solo eso, además, tiene ventajas económicas para los hogares y supone un complemento fundamental para la implantación de las energías renovables.

Según el informe ‘El papel del gas natural en una economía española baja en emisiones’, elaborado por KPMG, el gas natural es “una de las tecnologías más eficientes económicamente”. Se trata de una energía ventajosa para los hogares españoles y el sector empresarial a la hora de optimizar los costes. Por ejemplo, una pyme puede ahorrar hasta un 48% en su factura y, en el entorno familiar, una vivienda media reduce su factura anual entre 760 y 928 euros, según un estudio de PwC. Con respecto a los vehículos, el coste por kilómetro de un coche de gas es un 30% menor que si es de gasóleo y un 50% menor que los que tienen motor de gasolina.

Las ventajas medioambientales se convierten, sin duda, en uno de los estandartes del uso de esta fuente de energía. La mejora de la calidad del aire en las ciudades es una verdadera cruzada internacional. Los datos de la OMS son alarmantes: más de 400.000 personas mueren prematuramente cada año en Europa por la mala calidad del aire y varios millones padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares por la contaminación. Más del 65% de la contaminación urbana tiene como origen el transporte por carretera

El gas natural, según los especialistas, es la fuente de energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido en carbono de todos los combustibles fósiles. Además, reduce un 20% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal causante del efecto invernadero.

Otro de los mandatos que la CE ha puesto sobre la mesa es llegar a una cuota del 27% de energías renovables en 2030. Sin embargo, este tipo de energía aún cuenta con algunas dificultades a la hora de almacenar la energía eléctrica en grandes cantidades o la dependencia de los fenómenos atmosféricos. Por ello, un aliado perfecto es el gas natural porque las centrales de ciclos combinados transforman la energía térmica del gas natural en electricidad y pueden funcionar cuando no hay sol o viento.

El gas natural ha confirmado ser una energía abundante en el mundo y con una cantidad de reservas al alza. Además, la penetración del gas natural, la energía más usada en Europa, es bastante baja en España (29%) en comparación con otros países europeos industrializados como Reino Unido, Italia, Bélgica o Alemania, por lo que todavía tiene capacidad de desarrollo para cobrar un mayor protagonismo en el mix energético nacional.

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