700 millones de personas sin agua potable

Día Mundial del Agua: cuidar el planeta para preservar la vida

22 marzo
Efemérides del 22 de marzo de 2020: ¿Qué pasó el 22 de marzo?

A pesar de que el coronavirus lo ha paralizado prácticamente todo, el calendario sigue avanzando, y en ese fluir del tiempo no queremos pasar por alto que el próximo 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Ese recurso tan necesario para frenar la pandemia, que nos recomiendan utilizar varias veces al día para lavarnos bien las manos.

“Tenemos la inmensa suerte de abrir el grifo y tener agua para todo lo que necesitamos: beber, asearnos, cocinar, limpiar o regar. Mientras, en otros lugares del mundo mujeres y niños deben caminar cada día varias horas con bidones que llenan en fuentes de dudosa calidad sanitaria para abastecer a sus familias. Esa gente, difícilmente podrá lavarse las manos si el coronavirus llega a sus comunidades”, apunta Antonio Espinosa de los Monteros, cofundador de AUARA, empresa social que destina el 100% de sus dividendos a construir pozos y tanques de recogida de agua de lluvia para proveer de agua potable a países en desarrollo que carecen de ella.

La ONU estima que en el mundo hay 700 millones de personas que no disponen de agua potable, uno de cada diez habitantes del planeta, y que 3.600 millones viven ya en áreas con escasez de agua al menos un mes al año; una cifra que podría alcanzar los 5.700 millones en 2050. Porque el agua tiene un gran enemigo: el calentamiento global, que está mermando drásticamente los recursos hídricos del planeta.

Por eso, este año Naciones Unidas ha dedicado el Día Mundial del Agua a concienciar sobre el efecto negativo del cambio climático en nuestras existencias de agua potable.

El aumento de las temperaturas provoca fuertes sequías. Si no llueve, no se reponen los depósitos donde almacenamos el agua de lluvia para su consumo, las tierras se secan y no se pueden regar los cultivos, lo que limita la producción de alimentos, reduce los pastos y perjudica a la ganadería, causando hambrunas y aumentando la mortalidad en las poblaciones más desfavorecidas del planeta.

Por otro lado, las tormentas e inundaciones son cada vez más frecuentes (el deshielo de los polos y el aumento del nivel del mar contribuyen a esas crecidas), arrasan todo a su paso, los alcantarillados y aguas residuales se desbordan y contaminan las aguas receptoras (ríos, lagos) y los acuíferos o aguas subterráneas, lo que, junto con las intrusiones de agua salada en los sistemas de agua dulce, hace inviable su consumo.  “Cuidar el planeta y contribuir a frenar el cambio climático es también una manera de proteger nuestros recursos hídricos y garantizar nuestra existencia, pues sin agua no hay vida”, recuerdan desde AUARA.

Lo último en Economía

Últimas noticias