La drástica decisión de Tamara Falcó e Íñigo Onieva: «Me estaba afectando»
Tamara Falcó ha interrumpido su tratamiento para convertirse en madre
La marquesa de Griñón sueña con ampliar la familia junto a su marido
Íñigo Onieva respalda la decisión que ha tomado su mujer
Ni Málaga ni Madrid: ésta es la ciudad de España que León XIV visitaba antes de ser Papa
Árboles caídos, calles inundadas... la DANA se deja sentir en nueve regiones españolas

Tamara Falcó ha dado un paso al frente en un momento muy delicado de su vida. Durante meses, la marquesa de Griñón ha sido objeto de constantes especulaciones sobre su futuro como madre, una presión mediática que ha ido creciendo desde su boda con Íñigo Onieva en el verano de 2023. Aunque ella nunca ha ocultado su deseo de formar una familia, los obstáculos que ha encontrado en el camino le han llevado a hacer una pausa. Este mes de julio ha roto su silencio y ha explicado la decisión que ha tomado.
Desde que Tamara contrajo matrimonio con Íñigo Onieva en la finca familiar de El Rincón, las preguntas sobre un posible embarazo no han cesado. En cada aparición pública, en cada entrevista o evento, la misma cuestión se repetía: ¿cuándo llegará el bebé? Aunque al principio podía resultar un comentario sin mayor trascendencia, con el paso del tiempo se convirtió en una fuente de angustia. Y es que, mientras muchos suponían que era una decisión libremente pospuesta, la realidad era muy distinta. Tamara estaba intentando quedarse embarazada, pero no estaba consiguiéndolo.
La marquesa no ha querido dar detalles médicos, pero sí ha compartido que se puso en manos de especialistas para facilitar el proceso. No fue suficiente. La frustración acumulada y la presión del entorno comenzaron a pesar demasiado. En su entrevista con InStyle, confiesa sin rodeos: «Me encuentro saturada. Me estaba afectando».
La importante decisión de Tamara Falcó
Después de meses luchando en silencio, Tamara ha tomado una decisión valiente: parar. «He decidido darme un descanso», explica en la mencionada publicación. Un descanso no solo físico, sino también mental, emocional y mediático. Es un alto en el camino que no implica una renuncia definitiva, pero sí una forma de protegerse y recuperar el equilibrio. Frente al impulso de seguir intentándolo a cualquier precio, ha optado por priorizar su bienestar.
Según cuenta, Íñigo Onieva está viviendo la situación con mayor tranquilidad. Para ella, en cambio, era como llevar una espada de Damocles, una carga constante que le impedía disfrutar de su presente. Esa diferencia de percepción dentro de la pareja ha influido en su necesidad de hacer una pausa y de afrontar la situación con otra perspectiva. No ha sido una decisión fácil, pero sí una muestra de madurez emocional.
A pesar de esta pausa, Tamara no ha perdido la esperanza. Mantiene intacto su deseo de ser madre, aunque ya no lo vive como una meta impuesta o como una condición imprescindible para sentirse completa. «Si Dios quiere, siempre está la forma natural, pero no es algo que vaya a definir mi felicidad como persona», asegura.
El deseo pausado de Tamara Falcó
Tamara Falcó no se ha dejado ningún detalle en el tintero: «Soy muy niñera, pero puedo sentirme realizada en la vida sin ser madre». No se trata de rendirse, sino de vivir en paz con la posibilidad de que no todo ocurra como uno lo planea. Esta nueva forma de abordar el tema refleja un cambio profundo en su forma de mirar el futuro, alejado de la presión social y centrado en su propia estabilidad emocional.
La historia de Tamara e Íñigo ha estado marcada por la atención mediática desde el primer día. Su boda, celebrada el 8 de julio de 2023, fue uno de los acontecimientos del año. Tuvo lugar en la finca El Rincón, que la marquesa heredó de su padre, y fue un evento romántico pero no exento de obstáculos, que supieron superar con elegancia. Desde entonces, han construido una vida de pareja que combina momentos de discreción con apariciones públicas.
La marquesa sigue el ejemplo de Isabel Preysler
Aunque siguen intentando formar una familia, ambos han aprendido a gestionar los tiempos y las expectativas de forma diferente. Tamara ha necesitado más espacio para procesar lo vivido, mientras Íñigo ha mantenido una actitud más serena.
En la citada entrevista, Tamara también se ha referido a una de las personas más importantes de su vida: su madre. Isabel Preysler ha sido una figura clave en su educación y en su visión del mundo. Aunque la socialité no tuvo estudios universitarios y fue madre muy joven, Tamara la admira profundamente por su fortaleza y capacidad para salir adelante. «Ella no estudió, fue madre a los 18 años y en aquella época muchas mujeres de su estatus social ni siquiera trabajaban, pero se aseguró de que nunca nos faltara de nada», explica con admiración.
Para Tamara, su madre ha sido un ejemplo de esfuerzo, determinación y elegancia. «No cambiaría a mi madre por nada», afirma sin dudar. Y añade: «Sin la educación que me dio, no me habría ido tan bien en la vida». Estas palabras revelan la profunda gratitud que siente hacia ella y cómo ha influido en la forma en que afronta tanto los éxitos como las dificultades.
La decisión de pausar la búsqueda de la maternidad marca un punto de inflexión en la vida de Tamara Falcó. Es un momento de introspección, en el que se ha permitido reconocer su agotamiento y la necesidad de frenar. Ha comprendido que vivir bajo la presión constante de lo que se espera de ella puede ser más perjudicial que cualquier resultado médico. Por eso, ha optado por protegerse y por compartir su situación solo cuando se ha sentido preparada.
Temas:
- Famosos
- Tamara Falcó