Vivienda

El coronavirus, pesadilla de los hipotecados: liquida en tres meses la caída del Euríbor en más de tres años

En febrero, el índice cerró a un precio muy próximo a sus mínimos históricos. Pero esta primavera, ya con la pandemia del covid en Europa, ha dado un repunte y cerrará en el entorno del -0,082%, unas cifras que no se veían desde diciembre de 2016.

El coronavirus, pesadilla de los hipotecados: liquida en tres meses la caída del Euríbor en más de tres años
Coronavirus, pesadilla para los hipotecados

El coronavirus está a punto de tirar por tierra en tan sólo tres meses la tendencia descendente que llevaba el Euríbor en los últimos tres años. El indicador favorito de los hipotecados europeos subirá este mayo hasta el entorno del -0,08%, lo que lo coloca en el punto más alto desde diciembre de 2016. Con esta subida, una hipoteca media de 130.000 euros a 30 años con Euríbor + 1% pagará 11 euros más si tiene la revisión semestral. Si la vivienda vale 180.000 euros ya se pagarían 15 euros más al mes.

La gráfica muestra un crecimiento de intereses que de seguir podría tornarse en pesadilla para los endeudados. Pero no hay de que alarmarse todavía, porque el índice esta por debajo de cero, algo que hace cinco años se consideraba imposible. Esta primavera confinada, la presión a los mercados interbancarios ha sido de todo menos normal, con tensiones de confianza en la banca europea que han producido esta vertiginosa subida. Los hipotecados estaban pagando antes de esta catarsis los préstamos más baratos de la historia, al igual que las empresas, y este privilegio ha llegado a su fin.

La conjura del BCE de Christine Lagarde para poner toda la liquidez necesaria en el mercado puede no ser suficiente para mantener al Euríbor en mínimos como hasta ahora.

El interbancario seguirá tensionado por las grandes emisiones de deuda que harán los Estados para tratar de cubrir los déficits que dejará el coronavirus

Por el momento las previsiones creen que el índice se mantendrá negativo mínimo 2020 y 21. Bankinter calcula un -0,22% y un -0,1% para estos dos años, unas estimaciones hechas a principios de marzo que podrían haber quedado obsoletas. El consenso de los analistas considera que el interbancario se verá tensionado por el aumento brutal de emisiones de deuda pública de los Estados que se espera. Sólo España tiene previsto emitir 130.000 millones de euros, equivalentes a un 13% del PIB. 

Esta avalancha de necesidades de financiación por parte del sector público traerá, como ya ha ocurrido en otras ocasiones, mayores dificultades de financiación en el privado.

Mercado de vivienda

En marzo se firmaron un 18% menos de compraventas de vivienda, y se espera que la caída en abril se acerque al 100% ante la parálisis de la actividad notarial. Aunque las compraventas repuntarán en cuanto se reanude la actividad, no es de esperar que se recuperen los números anteriores a la pandemia a corto plazo.

Parece evidente que vamos a ver bajadas de precios en los próximos meses, aunque los promotores de obra nueva no tienen necesidad de vender a corto plazo, por lo que pueden mantener los precios, o eso se cree en buena parte del sector, que actualmente se encuentra mucho más saneado que en 2008, y con el recuerdo de la experiencia de la Gran Recesión donde los precios inmobiliarios tardaron mucho más en caer de lo que cabría esperar aún con una economía destruyendo empleo con unos números que asustaban. De ocurrir un comportamiento similar, las valoraciones del ladrillo tardarán en caer.

Las previsiones más recientes de los expertos hablan de que la cáida del PIB de España puede ser de doble dígito pero que el empleo se colocaría rápidamente por encima del 20%, como creen el Banco de España, el FMI o el panel de Funcas.

La situación de endeudamiento inmobiliario de familias y empresas no tiene nada que ver con la de la Gran Recesión

Por tanto, personas que se hayan visto afectadas por un ERTE o por un despido en su empleo y hayan recortado sus ingresos sí que tirarían hacia abajo del precio de vivienda usada, aunque de nuevo la situación de endeudamiento inmobiliario de familias y empresas no tiene nada que ver con la de la Gran Recesión. Las necesidades acuciantes en que vayan entrando las economías particulares arrastrarán los precios pero es difícil saber qué evolución va a haber sin conocer qué ocurrirá con la economía general.

De la intensidad y duración de esta tendencia de caída general de ingresos dependerá que el mercado residencial se vea finalmente afectado en precios.

Lo último en Economía

Últimas noticias