Yolanda Díaz

Los contratos de larga duración de los jóvenes se hunden tras la reforma de Yolanda Díaz: del 45% al 33%

Los segundos y sucesivos contratos que duran más de un año caen también, por debajo del 50%

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Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.
Carlos Ribagorda

El porcentaje de primeros contratos que sigue vigente un año después de firmarse ha bajado del 45% al 33% después de aprobarse la reforma laboral en 2022, según un informe de Fedea y BBVA Research. Esos primeros contratos son lógicamente de los más jóvenes, que han perdido, por tanto, seguridad y estabilidad en el empleo, pese a que Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, defiende que su reforma laboral ha rebajado la precariedad laboral y la temporalidad.

La situación no es mucho mejor para los segundos empleos y sucesivos. En este caso, los empleos que siguen activos después de un año también han retrocedido desde la aprobación de la reforma laboral. Han pasado del 63% al 44%, como muestra el gráfico del informe citado.

La estabilidad en los primeros empleos se ha mantenido por encima del 40% desde 2014, como muestra el gráfico. A partir de 2018 repunta ligeramente y empieza a caer en picado desde que Yolanda Díaz aprobó la reforma laboral en enero de 2022.

En el caso de los segundos empleos y sucesivos, la evolución a partir de 2020, con la crisis económica grave, pero puntual del coronavirus, es diferente. Los contratos que seguían activos después de un año se desplomaron, volvieron a mejorar en 2021 y a desplomarse de nuevo a partir de 2022. En 2023 cae del 63% al citado 44%.

Este dato viene a empañar el discurso de Yolanda Díaz y del resto del Gobierno sobre la mejora de la precariedad en el mercado laboral por efecto de la reforma de 2022. El 67% de los jóvenes que firman su primer contrato no mantiene su empleo 12 meses después. Y el 56% de los segundos contratos y sucesivos tampoco están activos un año después de firmarlos.

Yolanda Díaz destaca, en cambio, el dato de la temporalidad, que ha bajado por la obligación que impone la reforma laboral de hacer contratos indefinidos fijos discontinuos a las empresas, que ya no disponen como antes de la facilidad de hacer contratos temporales a los trabajadores. En efecto, la temporalidad en el empleo privado ha bajado al 15% -no en el público, que sigue por encima del 25%- por esta obligación.

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Pero un análisis más profundo de los tipos de contratos que se firman muestra que el número de los indefinidos a jornada completa se está reduciendo. De enero a noviembre de este año se han firmado 2,54 millones contratos indefinidos a tiempo completo, lo que supone un descenso de casi 46.000 contratos sobre los primeros once meses de 2023, casi 46.000 contratos indefinidos a jornada completa menos.

En cambio, los contratos indefinidos a tiempo parcial, que en muchos casos se trata de trabajadores que quieren trabajar más horas pero no hay empleo, han subido de enero a noviembre de este año un 0,39%, según un informe del departamento de Estudios del sindicato USO. También suben casi un 1% los contratos temporales en 2024 sobre 2023.

En definitiva, crece la contratación temporal y cae la indefinida a jornada completa. El dato definitivo que destacan los expertos es que las horas trabajadas siguen por debajo de las de 2019, lo que implica que hay menos trabajo repartido entre más gente. Eso implica que los ciudadanos tienen que buscarse más de un empleo para tener un sueldo que les dé para vivir y que está creciendo el número de trabajadores que son pobres pese a tener un empleo.

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