Confirmada la fecha del fin del euro: el aviso más radical de los expertos
Santiago Niño Becerra explica qué podría pasar con el dinero en efectivo
El futuro del euro digital y cuáles son sus consecuencias
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En los últimos años, la manera en la que realizamos transacciones económicas o con nuestro dinero, ha cambiado radicalmente. Cada vez son más las personas que optan por pagar con tarjetas de crédito, aplicaciones móviles o incluso relojes inteligentes, relegando el uso del efectivo a situaciones excepcionales. Este cambio, que se aceleró a raíz de la pandemia, ha puesto en el foco de economistas y expertos la posible desaparición o fin del euro en su forma física para dar paso al euro digital. Sin embargo, esta transición no sólo implica una adaptación tecnológica; también supone un replanteamiento profundo de cómo se gestiona el dinero en la Eurozona.
Los economistas llevan tiempo advirtiendo sobre la transformación inevitable hacia una economía completamente digital, y figuras destacadas, como Santiago Niño Becerra, han enfatizado que el euro digital podría estar a la vuelta de la esquina. Este economista y divulgador ha compartido su visión sobre un futuro en el que el euro físico quedaría relegado, mientras el dinero digital se convierte en la nueva norma. Sus palabras resuenan especialmente entre quienes ven en esta transición una ruptura con el sistema monetario actual, un cambio radical que, según los expertos, tiene tanto ventajas como riesgos. Pero, ¿estamos realmente preparados para dejar atrás los billetes y monedas que llevamos en la cartera? ¿Qué implicaría el fin del euro como lo conocemos con esta transición para la privacidad, la seguridad y la autonomía financiera de los ciudadanos de la Unión Europea?.
El fin del euro según los expertos
El proyecto del euro digital está siendo desarrollado por el Banco Central Europeo (BCE) con el objetivo de crear una alternativa al dinero físico que mantenga los estándares de seguridad y accesibilidad. A diferencia de los pagos convencionales, el euro digital no requiere la intervención de un banco comercial, lo que significa que cada ciudadano de la Eurozona podría tener su propio «billetero digital» directo con el BCE.
Este billetero estaría disponible a través de una aplicación específica, que permitiría realizar transacciones en cualquier momento y lugar, incluso sin conexión a internet, lo cual representa una ventaja en situaciones donde el acceso a la red es limitado o en zonas rurales. Además, el euro digital estaría diseñado para ser un método de pago completamente gratuito para los usuarios, asegurando una mayor inclusión financiera en toda la región.
Para que este nuevo sistema funcione, se necesita un marco legal y regulatorio robusto que garantice la privacidad de las transacciones. Según las proyecciones del BCE, solo el usuario y el destinatario tendrían acceso a la información de cada transacción, protegiendo así la confidencialidad de los movimientos financieros. Sin embargo, a pesar de estas garantías, algunos economistas señalan que la implementación del euro digital podría abrir la puerta a desafíos en términos de seguridad y privacidad.
El impacto en el sistema bancario y en la seguridad de las transacciones
Una de las principales preocupaciones en torno al euro digital es el impacto que podría tener en el sistema bancario tradicional. Con un euro digital gestionado directamente por el BCE, los bancos comerciales podrían perder su rol como intermediarios en las transacciones financieras, un cambio que podría alterar profundamente la relación entre los ciudadanos y las entidades bancarias.
Niño Becerra ha señalado en X (antes Twitter) que el fin del euro en efectivo y la adopción de su versión digital supondría una trazabilidad absoluta de cada euro gastado o recibido. Esto, según el economista, plantea interrogantes sobre la privacidad y la posible exposición de los datos personales en caso de ciberataques. ¿Serán secretos los pagos que hagamos con el euro digital?, se pregunta Becerra, aludiendo a los casos recientes de hackeos a instituciones financieras y gubernamentales.
Por otro lado, la posible eliminación del efectivo generaría preocupación en aquellos sectores de la población que dependen del dinero en efectivo por razones culturales o tecnológicas. Aunque el BCE asegura que el euro digital no pretende reemplazar al efectivo por completo, sino ser una opción adicional, algunos expertos advierten que su adopción podría reducir gradualmente el uso de billetes y monedas, dificultando la inclusión de personas no bancarizadas o con escasa accesibilidad digital.
Beneficios y desafíos del euro digital
La introducción del euro digital trae consigo una serie de ventajas que prometen facilitar la vida de los ciudadanos de la Eurozona. La accesibilidad y la comodidad de poder realizar pagos sin necesidad de efectivo representan un avance en términos de conveniencia y modernidad. Además, el hecho de que las transacciones sean gratuitas y estén directamente respaldadas por el BCE elimina la dependencia de bancos comerciales para las transacciones cotidianas.
Sin embargo, no todo es positivo. Los expertos advierten sobre los posibles efectos negativos de esta transición. Uno de los riesgos más significativos radica en la dependencia tecnológica que implica el uso de dinero digital. En un escenario donde los sistemas digitales fallan, como en casos de caídas de internet o apagones, el acceso al dinero podría verse interrumpido, generando situaciones de vulnerabilidad para los ciudadanos.
Asimismo, la trazabilidad total del euro digital podría convertirse en un arma de doble filo. Si bien permite un control más riguroso contra el fraude y el lavado de dinero, también abre la posibilidad de que cada movimiento financiero quede registrado y, potencialmente, monitoreado como señala Niño Becerra. Esta realidad podría socavar el concepto de privacidad financiera, transformando las transacciones personales en información accesible a través de un simple clic.