Resultados anuales tras el covid

La banca salvará los muebles en 2020 gracias a las menores provisiones y los recortes de costes

Los menores costes compensarán el hundimiento de los márgenes por los bajos tipos y la falta de crédito

La banca española obtiene la peor ratio de capital de Europa durante la crisis del covid-19

La banca salvará los muebles en 2020 gracias a las menores provisiones y los recortes de costes
Banca
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca comienzan este jueves la temporada de resultados anuales más complicada de los últimos ejercicios por culpa de la pandemia y de la brutal crisis económica posterior. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los sectores, las entidades españolas lograrán salvar los muebles gracias a las menores provisiones (saneamientos por morosidad) y a los recortes de costes -que serán mucho mayores en 2021-. Estos ajustes compensarán la nueva caída de márgenes por los tipos de interés negativos.

Traducido al román paladino: los bancos van a ganar menos porque van a ingresar mucho menos, pero van a gastar mucho menos para compensarlo. En el lado de los ingresos, los tipos de interés ya estaban en negativo desde hace años, pero con el covid estos han tocado niveles mínimos (es decir, están todavía más negativos). Esto deja sus márgenes casi en cero, sobre todo en las entidades que tienen muchos créditos con diferenciales muy bajos sobre el Euribor, como las hipotecas.

Como en todos los negocios, si el margen es muy bajo se puede compensar aumentando el volumen de ventas. Pero la banca tampoco ha podido hacerlo por el frenazo del crédito, sobre todo hipotecario y al consumo, en la crisis actual. Es cierto que ha concedido muchos ICO a las empresas en apuros, pero tienen dos años de carencia; es decir, no empezarán a ingresar sus letras mensuales hasta 2022. Lo único que va a crecer son las comisiones -aunque el ‘rejón’ de verdad para los clientes va a llegar en 2021- y las operaciones con el BCE, que les permiten tomar dinero a tipos muy negativos e invertirlo en bonos que dan rentabilidad positiva aunque sea baja, ganando la diferencia.

Por tanto, por el lado de los ingresos hay poco que rascar y, peor aún, tampoco hay esperanzas de que el panorama cambie mucho en el futuro más cercano. Así que no hay más remedio que actuar sobre los gastos. Eso es lo que explica la oleada de fusiones acometidas el año pasado: la de CaixaBank y Bankia, la fallida entre BBVA y Sabadell, y la cerrada sobre la campana entre Unicaja y Liberbank. Y los que no se han fusionado, han anunciado grandes ajustes, como el ERE del Santander. El cierre de oficinas y las reducciones de plantilla derivados de estas operaciones tendrán lugar el año que viene, pero ya en 2020 las entidades ya han acometido recortes relevantes a la chita callando.

Las bajas provisiones, la clave para salvar los beneficios

Pero la verdadera madre del cordero de estos resultados está en las provisiones: cuando los créditos entran en mora o tienen gran probabilidad de incurrir en impago, los bancos deben ‘meter en un cajón’ dinero para ir cubriendo parte de esos préstamos (lo que se llama tasa de cobertura) hasta llegar al 100% si no recuperan nada y pasan a fallidos. Ese dinero sale de los resultados, es decir, contabiliza como una pérdida. Eso fue lo que llevó a la quiebra de las cajas de ahorros cuando estalló la burbuja inmobiliaria.

A priori, uno pensaría que, ante una crisis como esta, los bancos deberían dotar muchas provisiones anticipándose a la oleada de morosidad que parece inevitable, sobre todo de empresas y autónomos. Y es cierto que las han dotado, pero también que han liberado muchas, precisamente gracias a los ICO: las entidades han refinanciado a muchos clientes pasando su crédito normal a otro avalado por el ICO, donde el 70% o el 80% de la pérdida en caso de impago la asume el Estado. Por tanto, si tenían dotadas provisiones para esos clientes, han podido ‘desdotarlas’. E igual que cuando provisionan se apuntan una pérdida, cuando liberan una provisión se apuntan un beneficio.

Y ese va a ser el gran capítulo que va a permitir a las entidades españolas dar unos resultados aceptables pese a todo lo ocurrido en 2020, según el consenso del mercado. Ahora bien, como ha informado OKDIARIO, existe la posibilidad de que al final sí tengan que dotar provisiones por los ICO porque el BCE considera que han abusado de esta medida. UBS afirma que «no hay mucho margen para el optimismo sobre las provisiones en España. El daño a la economía del covid parece mayor que en otros países, los esquemas de apoyo [los ICO] serán eliminados gradualmente y, por tanto, alargarán el reconocimiento de pérdidas, y los esfuerzos en provisiones han sido modestos hasta ahora».

Unicaja, el único valor con recorrido en bolsa

Es decir, igual que se atrasan los ingresos por los créditos ICO a 2022, también se aplazan hasta entonces los impagos de estos préstamos y la necesidad de reconocer la pérdida. Los analistas del banco suizo opinan que las entidades van a tener que dotar un porcentaje mayor que ese 20% ó 30% que teóricamente solo asumen de las pérdidas.

UBS considera que los bancos españoles, en general, no tienen mucho recorrido en bolsa tras el tirón de la parte final del año pasado. De hecho, cree que CaixaBank ya ha recogido en su cotización los beneficios de la fusión, por lo que rebaja su recomendación a «neutral». No opina lo mismo de Unicaja con las sinergias con Liberbank, por lo que es el único valor bancario que aconseja comprar. A su juicio, la entidad con mejores perspectivas de resultados es Bankinter (que abre el fuego de las presentaciones de resultados este jueves), pero cree que está bastante caro en bolsa.

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