Alemania rechaza de plano el fondo europeo de garantía de depósitos que persigue a toda costa Sánchez
Alemania rechaza de plano de crear un fondo europeo único de garantía de depósitos como quiere, casi a la desesperada, la vicepresidenta Nadia Calviño y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, aunque es verdad que las entidades financieras españolas también están muy interesadas en que salga adelante este asunto. En el consejo de ministros de Economía de la Unión Europea celebrado el pasado miércoles, el titular alemán , Christian Lindner, se opuso a dar luz verde a mutualizar las coberturas en caso de insolvencia porque está convencido de que su fondo propio de garantía de depósitos funciona muy bien, y sería inconveniente comprometerlo con los de otros países menos ortodoxos desde el punto de vista económico.
Como adelantó ayer OKDIARIO, Lindler esgrimió que, como un primer paso, la banca de cada uno de los estados debería dejar de comprar deuda pública de los gobiernos. La exposición de las entidades financieras europeas es especialmente alta en algunos estados como España, que acumula en términos globales un endeudamiento público equivalente al 113% del PIB y está en cabeza de la zona euro junto a Grecia, Italia y Portugal.
La determinación del representante alemán convirtió en un fiasco la reunión del Ecofin, que pretendía llegar a avances en la unión bancaria con el elemento del fondo de garantía como asunto principal. El encuentro acabó sin ninguna clase de acuerdo ni avance significativo, de manera que no ha pasado de la fase preliminar.
Algunos economistas españoles consultados por OKDIARIO también son contrarios a este fondo. Según dicen, «en un escenario de indisciplina fiscal como el que tenemos en España, y de aprobarse esa clase de mutualización de las garantías, qué incentivos habría para llevar a cabo una política prudente». Esto vale principalmente para los bancos, y especialmente los llamados sistémicos -aquellos que pueden provocar una crisis que contamine al conjunto de la unión-. En esos casos, pero también en el conjunto de las entidades financieras, el estímulo para impulsar estrategias que persigan y aseguren la sostenibilidad, la solvencia, la liquidez y finalmente una cuenta de resultados saneada desaparecería por completo, indican los citados medios.
Al fin y al cabo, aseguran, el fondo de garantía de depósitos es un modo de socializar pérdidas, y como los fondos son siempre por naturaleza limitados en su cuantía, en caso de que se produjera una crisis esto llevaría a recurrir a la unión monetaria para restaurar la situación a través de un rescate por parte de la Comisión, que fue lo que sucedió en España en los primeros meses del Gobierno de Mariano Rajoy, que tuvo que solicitar a Bruselas una inyección de dinero de 100.000 millones -de los que finalmente su utilizaron 60.000 millones- para evitar la quiebra de algunas instituciones bancarias destacadas, fundamentalmente cajas de ahorros y en particular Bankia.
Lo curioso de la posición del alemán Lindler sobre el fondo de garantía de depósitos, en el marco de la reunión de los ministros de Economía y de Finanzas de la UE celebrada el miércoles, es que fue una respuesta explícita a las declaraciones previas de la vicepresidenta española Nadia Calviño, quien defendió la necesidad de tener este seguro de depósitos común y destacó la solidez del sistema bancario español, del que, por otra parte, nadie duda hasta la fecha. «Alemania está abierta a dar más pasos en el área de la garantía de depósitos si, por otro lado, se supera el nexo entre las finanzas públicas y los bancos privados», indicó el ministro del Gobierno de Berlín.
Lindner se mostró «abierto a propuestas», también por parte de España, pero subrayó que para su país es un «prerrequisito» avanzar en la reducción de la exposición bancaria a la deuda soberana antes de poder dar nuevos pasos hacia un seguro común de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés). El ministro alemán argumentó que en algunas partes del sistema bancario europeo hay entidades con una gran cantidad de deuda estatal en sus balances que se considera «ficticiamente libre de riesgo» y, mientras no se haya resuelto el problema, no puede avanzarse hacia el EDIS. «En este momento, no puedo imaginar ver progresos en lo que refiere al tratamiento regulatorio de la exposición a la deuda soberana, por eso tengo dudas de que veamos pronto progresos en el área del EDIS», apostilló.
Algunos responsables de entidades financieras españolas como José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, se han mostrado recientemente optimistas sobre la posibilidad de que se logren avances muy sustanciales, tanto en lo que respecta a la unión bancaria europea como al fondo de garantía de depósitos en el marco de la presidencia española de la UE, que se iniciará en junio y se prolongará durante el segundo semestre del año.