CASI MEDIO BILLÓN DE EUROS

El BCE compra el doble de deuda pública alemana que española en su plan de asistencia financiera

BCE
Mario Draghi y Angela Merkel.

A pesar de que el programa de asistencia financiera del Banco Central Europeo (BCE) fue creado para respaldar la deuda de los países periféricos, la realidad es que el país más beneficiado es Alemania. Esto supone una paradoja ya que los bonos germanos son tan seguros para los inversores que se utilizan como activo refugio y, por ello, han llegado a alcanzar tipos de interés negativos.

Según los últimos datos facilitados por el organismo que preside Mario Draghi, el volumen total de adquisiciones de deuda pública alemana alcanza los 464.140 millones de euros desde que arrancó el programa de compra de activos soberanos (PSPP, por sus siglas en inglés).

Esta iniciativa de expansión cuantitativa se creó a imagen del llevado a cabo por la Reserva Federal en Estados Unidos (EEUU) para salvar la eurozona cuando la prima de riesgo de los países periféricos amenazó la supervivencia del área de la moneda única.

De esta forma, el BCE ha comprado el doble de deuda pública germana que española, ya que las adquisiciones de bonos públicos de nuestro país en el mercado secundario asciende a 232.916 millones de euros.

Pero, ¿por qué sucede esto? La respuesta se encuentra en el mecanismo que hace funcionar el programa de compra de activos de la autoridad monetaria, que establece que el volumen de bonos soberanos que el BCE adquiere de cada país está en proporción al peso de cada estado en el capital de la institución.

Esto provoca que sea precisamente el país que menos necesita asistencia financiera el más beneficiado de la misma y, además, genera otro efecto: que poco a poco el BCE se va quedando sin activos para comprar debido a la citada restricción.

Esta es una de las razones de que se haya debatido en el seno del organismo modificar el criterio para mantener el programa hasta septiembre –cuando oficialmente concluye– o incluso prorrogarlo hasta diciembre, como apuntan la mayoría de los analistas.

La deuda pública española arranca, por lo tanto, como la cuarta con mayor peso en la cartera del BCE, sólo superada por la francesa (379.747 millones) y la italiana (330.148 millones de euros). El único país que se mantiene fuera de esta programa de asistencia financiera es Grecia.

El BCE ha comprado casi 2 billones de euros

La suma total de deuda pública de países de la eurozona que tiene el BCE en su balance es de 1,95 billones de euros, una cantidad que irá ampliándose en los próximos meses hasta que el consejo de gobierno de la institución decida poner fin al PSPP para, unos meses después, realizar la primera subida de tipos de interés de la era Draghi en 2019.

Tal como explica el Banco de España en un reciente informe, estas medidas de política monetaria «no convencional» instrumentadas por el BCE para luchar contra los efectos de la recesión han contribuido a la reducción de los tipos de interés de la deuda soberana en el conjunto del área del euro.

«Además del impacto directo sobre los pagos por intereses de la deuda, la actuación de la política monetaria en el período más reciente ha tenido efectos macroeconómicos positivos que han afectado indirectamente a las partidas cíclicas de ingresos y gastos del presupuesto público», señala el organismo. Es decir, que gracias a esta asistencia del BCE se ha impulsado artificialmente el crecimiento económico y se ha distorsionado el mercado permitiendo al sector público retrasar las reformas estructurales.

En el siguiente gráfico se aprecia cómo desde que Draghi anunció a mediados de 2012 que haría «lo que hiciera falta» para salvar al euro los tipos de interés de la deuda pública de los países de la eurozona se redujo sustancialmente; una tendencia que se agudizó con la puesta en marcha del programa de compra de activos (deuda pública y, posteriormente, privada).

BCE
(Fuente: Banco de España)

Según el análisis del Banco de España, este plan de estímulos monetarios «no convencionales» ha aportado 1,7 puntos porcentuales al crecimiento real del Producto Interior Bruto (PIB) español entre 2014 y 2016, reduciendo en casi 2 puntos porcentuales el déficit público en el citado periodo. Además, el Tesoro español ha ahorrado en esos dos años un punto porcentual del PIB, unos 10.000 millones de euros, en el pago de intereses de deuda como consecuencia de este programa de asistencia financiera.

Ahora existen dos grandes incógnitas que determinarán el rumbo de los mercados financieros (y de las políticas económicas) en 2018. Por un lado habrá que determinar si la caída de las Bolsas arrastradas por la recientes correcciones de Wall Street reducirán el ritmo de retirada de estímulos monetarios. Y, en segundo lugar, observar la evolución de la inflación para calibrar hasta que punto podrán los bancos centrales retrasar la vuelta a la ortodoxia monetaria.

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