Zidane se sentará el domingo en un banquillo que le es muy familiar. En el estadio Alfredo di Stéfano, donde el primer equipo del Real Madrid disputará los seis partidos que le restan como local hasta final de temporada, comenzó el entrenador francés su andadura como primer técnico y, aunque con alguna turbulencia vivida al principio, hizo de la casa de don Alfredo un auténtico fortín.
En su primera temporada como técnico del Castilla Zidane firmó buenos números como entrenador local, cosechando 11 victorias, cuatro empates y cuatro derrotas, aunque hay que matizar tres de ellas llegaron en una primera vuelta que sirvió de aclimatación para todos. Jugadores y entrenador. También logró triunfos importantes como el que consiguió ante el Barakaldo, partido que pasará a la historia de La Fábrica porque en ese encuentro Martin Odegaard, que había llagado semanas antes al club, se estrenó como goleador con la camiseta del Real Madrid.
Si en su primera temporada hizo del Di Stéfano un estadio muy complicado para los rivales, en la segunda, con un equipo mucho más hecho, el feudo que está en Valdebebas se convirtió en fortín para el Castilla. De los nueve partidos que jugó como local en aquella temporada, antes de dar el salto al primer equipo, ganó seis, empató tres y no perdió ninguno. Uno grandes números que mantendría Ramis llevando al equipo a ganar el Grupo I de Segunda B y a quedarse muy cerca del ascenso a la división de plata de nuestro fútbol.
En total, Zidane ha ejercido como entrenador en partido oficial 28 veces en el Di Stéfano con un balance de 17 victorias, siete empates y cuatro derrotas. Unos grandes números que quiere hacer mejores con el primer equipo, con el que buscará lograr el título de Liga en unas condiciones diferentes, pero tremendamente especiales para toda la institución.
