El Valencia perdona pero sigue vivo

El Valencia no pudo concretar el pase a octavos tras empatar a dos ante el Chelsea.  Este resultado les permite seguir vivos y dependiendo de sí mismos para estar en octavos de final de la Champions. Se quedaron con la miel en los labios después de las ocasiones tan claras que tuvieron en las botas de Rodrigo y Maxi o el penalti fallado por Parejo. Fallaron lo infallable, algo poco habitual en este equipo, y eso les condenó.

Era una final y Mestalla lo sabía. Desde la llegada del autobús del Valencia al estadio se volcaron con el equipo. Una victoria les metía en octavos de final, pero enfrente tenían al Chelsea de Frank Lampard. No iba a ser un partido fácil, ya que el triunfo también metía a los blues en la siguiente ronda. Para ello Celades salía con todo lo que tenía, a excepción de Coquelin con el que no quiso arriesgar y apostó por Wass en el centro y Jaume Costa en el lateral derecho.

La idea estaba clara, sólo valía ganar. Los ingleses entraron mejor en el partido y avisaron nada más empezar con un cabezazo alto de Willian. Estaba algo nervioso el Valencia, había mucho en juego y el Chelsea llegaba con peligro al área de Cillessen. Cada centro, cada balón que se paseaba cerca del meta neerlandés hacía temblar a la grada. Los ches no salían de esa zona y el conjunto británico se acercaba peligrosamente.

En cuanto conectaron varios pases seguidos encontraron espacio a la contra y Maxi tuvo el primero, pero erró lo que parecía un gol cantado. Esa ocasión sirvió para que el equipo de casa despertara. Una vez quitados los nervios del inicio, el Valencia se hacía con el control de la pelota por momentos y tuvo el gol en varias ocasiones. Pero el Chelsea no dio su brazo a torcer y convirtió el encuentro en un intercambio de golpes, con oportunidades para los dos equipos.

El Valencia golpeó primero por mediación de Carlos Soler tras un buen centro de Rodrigo. Pero la alegría duró poco en Mestalla. Kovacic puso el empate un minuto después con un buen disparo desde la frontal. El partido estaba precioso para el amante del fútbol, con llegadas de los dos equipos y los porteros evitando males mayores. Ya en la segunda parte salió mucho mejor el cuadro visitante, que superaba con facilidad la línea de presión para plantarse en el área che.

Pulisic enmudece Mestalla

En los primeros minutos Pulisic ponía por delante a los de Lampard después de que la jugada fuera revisada por el VAR. El árbitro lo había anulado en un principio, pero tras revisar la jugada y ver que el jugador estaba en línea dio validez al tanto. El Chelsea encontró una autopista en la banda izquierda, Willian superó a Gayà en casi todos los mano a mano.

Por su parte, los de Celades no encontraban la solución. Ni de penalti conseguían marcar. Kepa detuvo la pena máxima a Parejo. No era el día, las cosas no salían como querían. Maxi fallaba goles cantados, Parejo erraba desde los once metros, era el mundo al revés. Pasaban los minutos y el marcador seguía siendo favorable a los blues, el Valencia se lanzaba al ataque sin éxito.

Wass empata y Rodrigo perdona

Gameiro y Coquelin ingresaban en el terreno de juego para intentar darle al vuelta al encuentro. El Chelsea estaba muy bien plantado en su área y cerraba los espacios. Hasta que llegó el gol de Wass que, con algo de fortuna, puso el empate tras un centro-chut que se coló en la portería de Kepa tras tocar en el palo. Un gol que sabía a gloria ya que les mantenía con vida en la Champions.

El partido cambiaba, ahora el Chelsea necesitaba marcar para clasificarse. Los blanquinegros encontraron algunos espacios a la contra pero no terminaba de concretar las acciones. La tuvo Rodrigo en los últimos minutos, pero como en la primera parte con Maxi no acertó al rematar y falló el gol que habría metido al Valencia en octavos de final. No era el día del Valencia, erró ocasiones que no suele fallar normalmente. Aún así siguen vivos pero la clasificación está complicada puesto que se la jugarán en Amsterdam en la última jornada.