La triple corona de LeBron James

Dos años para un anillo. LeBron James ha podido cumplir con el cometido que él mismo se marcó después de su fichaje por Los Angeles Lakers. La leyenda, el jugador franquicia sobre el que todos los equipos quieren construir confirmó que los años no pasan para él y que sigue siendo el rey de la NBA. El campeonato de los Lakers no se explica sin la influencia, dentro y fuera de la pista, de un LeBron que repite la gesta que ya logró a los mandos de Miami Heat, precisamente su rival en las Finales, y Cleveland Cavaliers.

James se convierte de esta manera en la primera estrella de la NBA en proclamarse campeón con tres franquicias diferentes. Antes de LeBron ya lo lograron dos secundarios de lujo como John Salley y Robert Horry –siete anillos para ‘Big Shot’–, pero ahora el rey ha sublimado este desafío, liderando a una franquicia histórica como los Lakers, con 16 anillos hasta la llegada del alero.

LeBron llegó al partido decisivo por el anillo con unas medias superiores a los 27 puntos por partido, más de 10 rebotes y 8 asistencias por encuentro, unos promedios monstruosos para un jugador de 35 años, inmerso en una teórica cuesta abajo de su carrera que se ha brillado por su ausencia, eclipsada por el talento de una figura histórica de la Liga.

La conquista del anillo… y el MVP

El dominio de James se ha visto reflejado desde su primer día como jugador de los Lakers, pero ha sido en el momento de la verdad en el que ha sacado a relucir su mejor cara, la que le coloca sin ninguna duda entre los mejores jugadores de la historia de la NBA. En las Finales ante los Heat, LeBron lideró a los Lakers, y se hizo con su cuarto MVP de la serie decisiva por el título, tantos como anillos para una figura que, a sus 35 años, sigue reescribiendo la historia.