¿Qué le pasa al Madrid?: las claves de un mes de julio para olvidar

Dijo Zidane a la conclusión del duelo ante el Tottenham que al equipo sólo le falta ganar un partido, pero las señales que da el Real Madrid tienen cierta verosimilitud con las del año pasado. El equipo blanco adolece de los mismos males de la temporada anterior y lo que transmite es preocupante. A la espera de Pogba, la revolución del técnico francés no ha sido tal y la llegada del francés se espera como agua de mayo. Estas son las claves de la la mala pretemporada del Real Madrid.

Pierde el centro

Uno de los grandes problemas del Real Madrid la pasada temporada es que perdió el centro, tanto a nivel técnico como físico (esta, sobre todo). Y además en esta pretemporada aún no ha jugado Casemiro. Ante esta situación y a la espera de Pogba, Zidane ha apostado por un doble pivote compuesto por Kroos y Modric que ha hecho aguas. Ambos están lejos de su mejor nivel y por ello, el técnico galo quiere reforzar esta posición con el físico que puede aportar el jugador del United. Incluso podría llegar otro jugador más porque lo que está claro es que en 4-4-2 con Modric y Kroos en el centro es difícil plantarle cara a un rival de garantías.

Debilidad atrás…

El Real Madrid atrás sigue haciendo aguas pero eso no solo es responsabilidad de la defensa, si no de todo el equipo. En muchas ocasiones, la defensa se queda vendida por la superioridad creada por el equipo rival tanto en las banda como en el centro del campo y ahí tiene su origen el mal. También sufre en los espacios dejados entre centrales y laterales. Todo esto se traduce en 13 goles encajados en los cuatro primeros partidos de temporada.

… y poco acierto arriba 

Atrás no hay acierto ni en la delantera tampoco. El Real Madrid está adoleciendo de los mismos pecados de la pasada temporada y uno de ellos es la poca efectividad ofensiva. Los blancos llegan con asiduidad pero las ocasiones mueren pronto. Aunque la media no es mala, 6 goles en cuatro partidos, el poco tino de la gente de arriba preocupa.

Poco ritmo 

En pleno año 2019 el fútbol es un deporte donde prevalece el ritmo. Esto se demuestra en equipos como Liverpool o Ajax que juegan a una revolución superior y son capaces de llevar el partido a altas pulsaciones. Después de ser el mejor equipo de la historia, el Real Madrid, hasta la fecha, ha quedado como un equipo al que le cuesta darle velocidad a los partidos, tanto con el balón como a nivel de resistencia. Eso también repercute en la capacidad para dominar la segunda jugada, una utopía para el conjunto blanco en estos días de verano.

Mala condición física

Este ritmo viene condicionado porque el equipo a día de hoy no tiene aire. Pero bueno, de esto tampoco hay que preocuparse. A estas alturas es lógico que los equipos se sometan a cargas mayores durante los entrenos y esto deriva en saturación en los partidos. Al equipo aún le falta por coger el punto físico y todo hace indicar que así sucederá, por ello Grégory Dupont es uno de los mejores preparadores físicos del mundo.

Falta de confianza 

Tras la época de vino y rosas, llegó la gran depresión del año pasado y esto ha hecho daño en la mente de la plantilla. Ahora, cada jab en el rostro es un drama y cuesta recuperarse. La dura goleada ante el Atlético de Madrid ha mermado la autoestima de un equipo, que como dijo Zidane, necesita una victoria. Habrá que ver si con eso basta.

Ni rastro de la revolución

Zidane dijo en su segunda presentación como técnico del Real Madrid que habrían «cambios» pero de momento no hay rastro de la revolución. Con respecto al once de gala de la pasada temporada sólo está la nueva presencia de Hazard y a la espera de nuevos fichajes, todo tiene la misma etiqueta que la temporada pasada.