Copa Davis

Nadal tenía más tenis pero su cuerpo dijo basta

El físico del balear, mermado a lo largo de su carrera y con mayor severidad en los últimos dos años, desemboca en la retirada

Rafa Nadal se retira: fin a una época

Nadal
Nadal, durante su retirada como tenista profesional. (EFE)

Rafa Nadal no se retira porque esté quemado del tenis. Se retira porque no ya no tiene la oportunidad de entrenar y jugar al un nivel que le compense personalmente. Se retira porque Rafa ya no puede ser Rafa. Ese tenista cuya técnica era superior, pero que inclinaba los partidos por su resistencia inhumana y su fortaleza mental.

En el tenis, un deporte en el que los jugadores se mueven en el alambre constantemente, Nadal era el mejor funambulista. Su cabeza sigue manteniendo esa idea, pero su cuerpo, el que le lleva mandando intensas señales durante los dos últimos años, opina lo contrario. Él mismo lo explica.

«Mil gracias equipo. Ahora os toca a vosotros. La realidad es que uno nunca quiere llegar a este momento. Mi cuerpo ha llegado a un momento que no quiere jugar más a tenis. Me siento un privilegiado de hacer esta carrera más larga de lo que hubiera imaginado», aseguró sobre la pista del Martín Carpena durante el homenaje a su trayectoria.

El balear llevaba años que había dejado de sentirse tenista, al menos como él lo entiende, que es compitiendo plenamente dentro de la pista. «Las despedidas ideales sólo suceden en las películas americanas». Nadal lo tenía claro. Su final tenístico ha sido intermitente.

El final torcido de Nadal

Después de su veraniega puesta en escena en Bastad y los Juegos de París, renunció a seguir compitiendo para concentrarse Málaga. El paréntesis se añadió a los efectuados con anterioridad por las lesiones, su vía crucis particular. Todo ello ha sido un cóctel que le ha impedido rendir al nivel deseado.

«Si tengo que hacer una explicación con lo que ha sido mi lucha con mi cuerpo… necesitaríamos más tiempo. Desde la lesión del Open de Australia siento que no he podido competir con la libertad que he me hubiera gustado. Siempre encontraba ventanas para desarrollar la actividad con relativa normalidad, pero tras esta última lesión siento que no es así. No me da espacios de entrenamientos y competición como para entrenar al máximo», aseguró el propio Nadal.

En su raqueta todavía queda el tenis, por más que su cuerpo lo niegue. Pero la ausencia de dicho ritmo competitivo se antoja vital. El tiempo no hace distinciones ni entiende de linajes, tampoco en lo deportivo. Rafa llegó en su partido ante Van de Zandschulp hasta donde pudo, pero no logró posponer su retirada al menos por unos días más.

El balear finaliza así un viaje de 23 años volando de triunfo en triunfo. Su balance competitivo refleja 1.080 victorias frente a 228 derrotas, además de un palmarés que incluye 92 títulos: 22 Grand Slams, 36 Masters 1.000, 23 ATP500 y 10 ATP250. A estos logros se suman 5 Copas Davis y dos oros olímpicos. Destaca especialmente su dominio en tierra batida, superficie en la que conquistó 63 de sus trofeos.

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