Mundial: el Atlético ni quiso, ni pudo ni le dejaron

Mala actitud de muchos jugadores, mientras que a otros se les vio su potencial real

Tampoco fue el torneo de Simeone: errático, perdido y dando muchos tumbos

La guinda fueron tres arbitrajes nefastos que perjudicaron gravemente al equipo

Mundial: el Atlético ni quiso, ni pudo ni le dejaron
Tomeu Maura

El Atlético ni quiso, ni pudo ni le dejaron. En sólo nueve palabras éste el resumen del trayectoria rojiblanca en el primer Mundial de clubes de la historia, al que dijo ayer adiós pese a ganar al Botafogo. Una verdadera tormenta perfecta se ha llevado por delante al equipo en Estados Unidos y ha culminado una temporada nefasta en la que todo lo que podía salir mal, salió efectivamente mal. Un curso para olvidar en el que, uno tras otro, todos los sueños rojiblancos se fueron al garete en una primera mitad de año 2025 realmente terrible.

El club fue el primero en mostrar públicamente su poca implicación al torneo negándose a reforzar la plantilla pese a que había posiciones que lo pedían a gritos. Fichajes como los de Álex Baena o Johnny Cardoso pudieron haber sido claves, pero se consideró que con los jugadores que estaban a las órdenes de Simeone era suficiente y lo único que se hizo fue recuperar a Carlos Martín del Alavés -no ha jugado ni un minuto- y fichar en propiedad al francés Clement Lenglet, que por cierto salió en la foto del primer partido ante el PSG provocando un penalti que a la postre fue decisivo.

En segundo lugar, la actitud de varios jugadores dejó mucho que desear. Muy llamativo ha sido el caso del argentino Rodrigo de Paul, que apareció en manga larga en el primer partido ante el PSG pese a disputarse a mediodía e Los Angeles bajo un calor abrasador. El centrocampista, que acaba contrato en 2026 y comparte representante con Correa, podría abandonar el club este verano.

Tampoco Antoine Griezmann fue capaz de mejorar la mala imagen con la que había acabado la Liga. Titular en el primer partido, suplente en los dos siguientes, el francés marcó el gol de la victoria ante el Botafogo, pero fue prácticamente su única acción meritoria en todo el torneo.

La continuidad del principito, con contrato hasta 2027, parece garantizada pese a todo. Justo lo contrario de lo que sucede con el noruego Alexander Sorloth. Era un secreto a voces que para Simone no era un jugador esencial, pero sus fallos en el Mundial le han condenado. El Atlético está ya a la caza de un delantero centro en el mercado, con el sueco Gyokeres como principal objetivo. 

El remate final del torneo han sido las actuaciones arbitrales. El Atlético se ha sentido maltratado y perseguido y no le faltan motivos para pensar que la FIFA haya podido pasarle factura de los movimientos legales que algunos organismos de aficionados están efectuando en el entorno de la UEFA para reclamar por la acción de doble penalti señalada sobre Julián en el partido de Champions ante el Real Madrid. En los tres encuentros jugados en Estados Unidos ha habido errores graves que han perjudicado al Atlético, el último ayer ante el Botafogo dando marcha atrás a un penalti que pudo haber sido decisivo. La indignación entre la expedición rojiblanca es absoluta, comenzando por Simeone.

Ni quiso, ni pudo ni le dejaron. El Mundial ya es historia para un Atlético que deberá competir a brazo partido para estar en la próxima edición de 2029 y que desde luego no lo tiene nada fácil porque ya parte de una eliminación en octavos de final de la Champions. Ha perdido una ocasión de oro en Estados Unidos y seguro que con la perspectiva del tiempo aún lo lamentará más.

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