Montero defiende las mordidas del caso Koldo igual que el Barça hizo con Negreira: «Pagaron por nada»

"Se pueden cobrar mordidas sin que eso haya afectado" a la asignación de la obra, dice la vicepresidenta del Gobierno

El Barça defendió que pagar a Negreira fue por informes que no sabían que existían ni los entrenadores

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María Jesús Montero, caso Negreira
María Jesús Montero. (EP)

María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, ha utilizado un discurso muy similar en el monumental caso de corrupción del PSOE con el caso Koldo al que usó el Barcelona en el caso Negreira. «Se pueden cobrar mordidas sin que eso haya afectado» a la asignación de la obra, ha dicho Montero, al estilo de lo que defendió el Barça cuando soltó el escándalo de los pagos al que fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, que defendían que los pagos eran por informes sin que eso tuviera que ver con el arbitraje.

Así, para justificar el escándalo del PSOE y para defender el proceso de adjudicación de las obras bajo el Gobierno del que ella forma parte, María Jesús Montero ha asegurado que «se pueden cobrar mordidas sin que eso haya afectado» a la asignación de la obra. «Lo que hay en el informe, no se apunta a que el proceso de adjudicación fuera erróneo», ha añadido la también ministra de Hacienda

Para ello, María Jesús Montero ha defendido que el PSOE no se ha financiado ilegalmente y se limitó a decir que la corrupción se debe a «personas aisladas». Y todo ello pese a que puso las manos en el fuego por Santos Cerdán y ahora se limite a decir que se siente «profundamente decepcionada».

Las explicaciones suenan muy similares a las que hizo el Barcelona cuando se destapó el caso Negreira, el mayor escándalo del fútbol español, en el que se supo que el conjunto catalán pagó cantidades millonarias y durante décadas a José María Enríquez Negreira, vicepresidente de los árbitros españoles.

Lo que hizo el Barça fue decir que pagó a Negreira por informes arbitrales (informes, por otro lado, que ni los entrenadores sabían que existían) y con eso le bastó para justificar el pago millonario al número dos de los árbitros. Igual que para María Jesús Montero «se pueden cobrar mordidas sin que eso haya afectado» a la asignación de obras, para el Barcelona también se podía pagar al número 2 de los árbitros sin que eso afectara a la limpieza de la competición y a las decisiones de los colegiados en España.

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