Tenis: Roland Garros

El infierno de ser tenista español y jugar contra un francés en Roland Garros: incluso Nadal lo sufrió

El público galo, visceral por naturaleza, irrita a los tenistas que juegan contra franceses

Munar se une a la lista de groseros episodios vividos por Nadal, Alcaraz y Verdasco

Jaume Munar estalla contra el público francés de Roland Garros: "Esto es un circo"

Roland Garros
Montaje con imágenes de los grotescos episodios vividos por Alcaraz, Nadal, Verdasco y Munar.

Arthur Fils se marchó de la Suzanne Lenglen de Roland Garros con el pecho descubierto y vacío de rabia después de imponerse (7-6, 7-6, 2-6, 0-6 y 6-4) a un Jaume Munar que sufrió el ensañamiento de la grada. El español acepta la derrota deportiva, que a punto estuvo de evitarla tras igualar los dos set de desventaja con el tenista francés, no así la actitud del público que le abucheó y cantó La Marsellesa cada vez que se disponía a sacar en la última manga.

«Que animen al otro me parece perfecto, pero es una falta de respeto absoluta no parar de cantar, gritar tonterías e interrumpir constantemente. Aquí está el público más molesto y forofo del mundo, pesa demasiado la bandera. En Nueva York y Australia entienden el deporte de otra manera. Pueden animar mucho y tener un sentido del espectáculo, pero nunca faltan el respeto a los jugadores. En este torneo es necesario que la gente se calme un poquito porque esto es un auténtico circo», aseguró Munar tras el partido.

El español, además, hizo hincapié en la reincidencia del público francés. «Aquí pasa mucho. No paran de cantar y de interrumpir, y al final así no dejan que el juego avance. Ya no es que me afecte a mí personalmente, sino que repercute en el desarrollo del juego. Puede parecer un show muy bonito para el espectador, pero deberían recordar que nosotros estamos aquí para hacer nuestro trabajo. Esto no puede ser un circo, parece un teatro», añade. Su episodio es el último de la serie protagonizada por tenistas españoles en Roland Garros.

Rafa Nadal lo vivió en 2005 al enfrentarse al francés Grosjean. El balear dominaba por 6-4 y todo discurría dentro de lo normal, pero cambió radicalmente desde que el juez de silla, el argentino Damián Steiner, se negó a bajar para comprobar el bote de una bola de derecha enviada por el español a la línea de fondo (por televisión se vio claramente buena) que Grosjean protestó reiteradamente, a la vez que ordenaba al árbitro que chequeara la marca con gestos autoritarios.

El español se sentó rápidamente en su silla porque Steiner reiteró su decisión, y el árbitro no se movió de la suya. Pero el público, empujado por la actitud beligerante de Grosjean comenzó entonces un abucheo general impresionante, levantándose y colocando el dedo pulgar hacia abajo, mientras el francés continuaba sus quejas exigiendo la llegada de uno de los supervisores del torneo, en este caso el alemán Norbert Pieck, que acudió pasados unos minutos.

De Roland Garros a París y Niza

Tras reanudarse el partido casi ocho minutos después, cada vez que el juez de silla cantaba el marcador, los abucheos arreciaban. Nadal no podía servir debido al escándalo general y cuando al fin pudo poner la bola en juego se vio molestado por varios aficionados. «El público parisino es bastante estúpido. A los franceses les molesta el triunfo de un español», acabaría diciendo en caliente Toni Nadal muy molesto con la actitud del público galo.

También en suelo francés, aunque no en Roland Garros, sufrieron el infierno galo tenistas como Alcaraz y Verdasco. El primero se derrumbó en el Masters 1.000 de París contra el galo Hugo Gastón y acabó rompiendo a llorar al ser superado por la situación. «Sabía que iba a ser difícil lidiar con el ambiente que había, pero no me llegué a imaginar que podría ser tan heavy. Mi primera vez en esta situación no fue fácil para mí, me hizo mucho daño no saber lidiar con esa presión», declaró Carlitos tras perder.

El episodio de Verdasco ocurrió en Niza, contra el galo Gasquet. Lideraba el español la manga definitiva cuando comenzó a perder los nervios ante el juego de su rival y la actitud de la grada, «Es el peor público del mundo, los putos franceses de los cojones», dijo durante el partido. La grada le abucheaba, el juez de silla pedía calma, pero cada punto era una guerra entre Verdasco y la grada. Cada un golpe fue un combate a ver quien daba más fuerte. En eso se convierte en ocasiones los partidos entre tenistas franceses y españoles en suelo galo.

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