El eterno viaje de Ronaldinho

Ronaldinho se resiste a colgar las botas. A sus 35 años, su estrella se apaga paulatinamente. Ya ni el físico le permite jugar al máximo nivel en la liga brasileña tras no conseguir ni un gol ni una asistencia en más de 500 minutos. El Fluminense ha decidido cortar por lo sano después de conseguir sus objetivos con la llegada del ariete. Firmaron dos nuevos contratos de patrocinadores, llenaron el Maracaná cuatro partidos y la camiseta de Dinho ha sido la más vendida de la historia del equipo. “La contratación de Ronaldinho correspondió a las expectativas en términos de retorno de mercadotecnia con aumento de la recaudación por venta de entradas al estadio y camisetas con su nombre”, explicó en un comunicado la entidad, ni corta ni perezosa.

La que fuera superestrella del fútbol europeo una década atrás no quiere dar por concluida su etapa como jugador y probará en su tercer equipo en una temporada tras vestir el año pasado la camiseta del Querétaro mexicano. Según las últimas informaciones, su hermano Roberto negocia su próximo destino, el Tianjin Songjiang F.C. de la liga china, donde se encontrará con otra leyenda de los banquillos brasileños como Vanderlei Luxemburgo.

La competición oriental se está convirtiendo en el hogar perfecto para los futbolistas brasileños que buscan un último gran contrato. Sin ir más lejos, Robinho se enroló recientemente en las filas del Guangzhou Evergrande donde aunará esfuerzos con Luis Felipe Scolari para ganar la AFC Champions League este año. Ese campeonato podría parecer una de las últimas ambiciones en la carrera de un Ronaldinho que acumula un palmarés único e irrepetible tras haber sido campeón del Mundial, la Copa América, la Confederaciones, la Champions, de liga española e italiana, la Libertadores, medallista olímpico y Balón de Oro en 2005. Un viaje lleno de títulos.