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Amigos del arbitraje

Decepcionados, pero tranquilos

Pocas veces, un titular define tan bien el contenido del artículo que están ustedes a punto de leer. Decepcionados, pero tranquilos. Ese es el sentir generalizado de los árbitros de Primera División consultados por un servidor. Decepción y tristeza al conocer la noticia que salía a la luz el pasado miércoles, de que Enríquez Negreira, el que fue vicepresidente del Comité Técnico Árbitros desde 1994 hasta 2018, habría cobrado la cuantía de 1,6 millones de euros a través de una de sus empresas y de la mano del Barcelona a cambio de unos “informes arbitrales”.

José María Enríquez Negreira, nacido en Barcelona el 6 de septiembre del año 1945, fue un árbitro profesional que dirigió partidos desde 1975 hasta su retirada en 1992. Impartió justicia en los terrenos de juego durante 13 temporadas en la Primera Divisióndel fútbol español y llegó a dirigir encuentros de la Copa de la UEFA y la Recopa.

Ya como miembro de la comisión ejecutiva del CTA, era considerado un amigo por los árbitros, un compañero más, alguien que merecía todo el respeto del mundo, pues por su trayectoria, y su cargo, no podía ser de otra forma.

El repentino cambio de guion ha hecho que esto cambie de la noche a la mañana. En este momento, los árbitros, como decía, se sienten con una profunda tristeza y decepción por el que consideraban alguien respetado dentro del colectivo arbitral. Pero a la vez tranquilos, con la conciencia tranquila, pues nunca recibieron ninguna orden, ni tan siquiera una insinuación del que era dirigente para beneficiar o perjudicar a alguno de los equipos que debían arbitrar. Y por supuesto, nunca sospecharon absolutamente nada.

La semana ha sido frenética en la casa arbitral, la Comisión ejecutiva del CTA reunía de urgencia este mismo jueves a sus árbitros de forma telemática para tratar el tema. Los árbitros, siempre discretos (y así debe ser) en todo lo que rodea el universo arbitral no han desvelado el contenido de esta reunión, quien intervino, que se dijo, pero hemos podido saber cual fue, en resumen, el mensaje que recibieron los árbitros.

En una reunión fría, y con caras tristes, un mensaje de tranquilidad era el que recibían los colegiados, tranquilidad y unión para afrontar lo que resta de temporada, en el que en las próximas semanas llega el momento clave de la temporada. Mantener la cabeza fría y aislarse de todo el ruido mediático. Algo a lo que están bien acostumbrados los colegiados, y sobre todo, hablar en el campo, que es donde mejor se les da hacerlo a los trencillas.

El viernes, de nuevo, los colegiados volvían a reunirse de forma telemática (lo hacen todos los viernes) para repasar algunas acciones de la jornada anterior, y debatir algunos temas más técnicos, ni oír hablar del caso Enriquez Negreira.

La Justicia seguirá avanzando en el camino durante las próximas semanas, y mientras no se demuestre lo contrario, pongo la mano en el fuego que no llegará ese momento, los árbitros de nuestro país tienen su nombre limpio, háganme caso, los árbitros españoles no están en venta.