Fundamental en la consecución de los éxitos de la Selección

Casillas, el hombre que cambió la historia de España

Iker Casillas cuelga los guantes. La leyenda de la portería fue el principal artífice de los éxitos de España, tras parar dos penaltis en la tanda ante Italia en la Euro 2008, otro ante Paraguay en cuartos del Mundial 2010 y la parada a Robben en la final ante Holanda.

Iker Casillas
Iker Casillas celebra el triunfo de España en la final del Mundial 2010 (Getty).
Hugo Carrasco

Iker Casillas es uno de los principales responsables de que España esté situada entre las grandes selecciones del mundo. La época dorada del fútbol español no se entiende sin la presencia del que era por aquella época el mejor portero del mundo. Si hubo alguien que fue tan determinante como lo fue Iniesta o Xavi para la consecución de las dos Eurocopas y el Mundial ganados de forma consecutiva por la selección española, ese fue Casillas.

El guardameta fue el principal protagonista del momento más crucial. La barrera psicológica y real de los cuartos de final era el freno con el que una y otra vez se estrellaba la Selección en cada competición. Ese fantasma apareció en la Euro 2008 celebrada en Suiza y Austria, cuando el empate ante Italia condenaba a La Roja a la tanda de penaltis. Un duelo directo Buffon contra Casillas en el que el entonces madridista demostró sus mejores habilidades y se impuso.

Las semifinales llegaron gracias a que Iker se convirtió en santo y logró parar dos de los lanzamientos de los italianos. El portero consiguió detener las penas máximas tiradas por De Rossi y Di Natale para llenar de ilusión a todo un país haciéndole pensar que era posible por fin alcanzar un título. Y así fue. España ganó las Eurocopas de 2008 y 2012 y el Mundial de 2010 con Casillas demostrando ser uno de los mejores de la historia.

Por si acaso quedaban dudas, la actuación de Casillas también fue sobresaliente en Sudáfrica. La principal favorita quería levantar su primera Copa del Mundo, pero Paraguay estuvo cerca de impedirlo en cuartos de final, donde el capitán volvió a aparecer para detener de nuevo un penalti que permitió a España plantarse en semis tras ganar 1-0.

Para el recuerdo, también, la parada que todo el mundo recuerda en la final ante Holanda. En la prórroga, Robben se plantaba solo ante el portero, que desviaba el disparo con la pierna, evitando el gol que habría puesto por delante a los neerlandeses a escasos minutos de finalizar el tiempo extra. Aquella parada mantuvo el empate, permitiendo el contragolpe de España que terminaría con el gol de Iniesta.

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