COPA DEL REY: REAL MADRID 90 VS BARCELONA 92

El Barça se lleva la final de Copa del Rey más loca y polémica

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El Barça vence en la final de la Copa del Rey de Baloncesto 2018.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Barça se acabo con la hegemonía en la Copa del Rey del Real Madrid en un final digno de película de Hollywood. Los culés desperdiciaron una renta de 18 puntos y los blancos tuvieron hasta tres oportunidades para forzar la prórroga o ganar el título, pero los tiros de Causeur, Taylor y Rudy no entraron. En el caso del tiro sueco, los árbitros no vieron una falta de Víctor Claver que podría haber cambiado el destino de la final.

El partido comenzó con el Barça dejando claras sus intenciones: defensa alta y evitar que Doncic entrara en juego. El Madrid salió con la vitola de favorito y creyéndose que tarde o temprano los culés cederían por el desgaste físico de su apuesta. Los blancos, sin embargo, no conseguían enchufarse al partido. Campazzo tomaba malas decisiones en ataque, mientras que el Barça se apoyaba en Tomic y Pau Ribas para conseguir sus primeras ventajas.

El Madrid respondía únicamente desde la línea de personal con un Doncic (8 de 9 en tiros libres en el primer cuarto), pero mostrando una tremenda versión errática en los tiros de campo. Pese a todo, y con el marcador igualado, los blancos jugaban con aires de superioridad y eso se pudo constatar en un taponazo de Hanga a Rudy casi al final del primer cuarto con todo a favor para el escolta madridista.

El Barcelona arrancó fuerte el segundo periodo con un parcial de 0-6, mientras que Laso buscaba una solución en lo más profundo de su banquillo hasta incluso sacar a un Gustavo Ayón falto de competición tras tres meses ausente de la canchas. El técnico blanco no parecía confiar en un Tavares al que le bailaba como quería Ante Tomic. Ver para creer.

Los capitalinos llegaban al descanso con un acierto del 29% en tiros de campo. La mejor noticia para el Madrid es que el Barça les dejaba con vida en el receso sólo ganando por seis puntos a esas alturas. La cuestión era si los vigentes campeones –cuatro seguidos– iban a despertar o no.

El Barça muerde tras el descanso

El regreso de los vestuarios respondió a esa cuestión y prácticamente dejó visto para sentencia el partido. Un parcial inicial de 1-11 para los culés ponía el +16 en el marcador, una montaña prácticamente infranqueable para un Madrid que era un desastre en ataque en estático y que no metía un tiro abierto. Hanga, Oriola o Ribas dejaban claro que el espíritu de lucha no está reñido con el talento.

Al Madrid no le quedaba otra que provocar el caos y presionar a toda cancha. Los blancos envidaron con reducir la ventaja al final del tercer cuarto con un Rudy chisposo y a través de una racha de Carroll al inicio del último periodo, pero no fue hasta a cinco minutos del final cuando los blancos se pusieron a 10 puntos tras un triple del mallorquín. Quizá era demasiado tarde para la épica o no.

A los azulgrana les dio el miedo a ganar viéndose tan cerca de la meta. Empezaron a alargar los ataques y bajar el tempo del partido, dando al Madrid la oportunidad de reengancharse al duelo. Por si fuera poco, a Heurtel le quemaba el balón en las manos y pasar del mediocampo se convertía prácticamente en una misión imposible para el galo.

El Madrid seguía trabajando duro. Campazzo anotaba seis tiros libres consecutivos y ponía a los de Laso a cinco a dos minutos del final. No había partido nuevo, pero casi. Cuando las cosas más feas se pusieron –con Hanga expulsado– apareció un actor inesperado como Rakim Sanders para anotar cuatro puntos consecutivos.

Thompkins, sin embargo, no había dicho su última palabra y metió dos triples prácticamente seguidos que pusieron al Madrid a dos. Oriola no tuvo sangre fría y dio a los blancos la oportunidad de ganar fallando los dos tiros libres a 10 segundos del final. Doncic capturó el rebote, cruzó el campo y encontró a Causeur abierto para que su tiro de tres no llegase a tocar aro. Taylor –con falta clara de Claver– y Rudy tuvieron sendas oportunidades de llevar el partido a la prórroga con sus palmeos, pero no lo lograron.

El Barça ha resucitado en 10 días de la mano de un Pesic que ha simplificado las cosas. Nadie hubiese pensado que los culés sumarían un título tras firmar la peor temporada de su historia reciente hasta que el equipo fue cogido por el serbio. El Madrid tiene excusa, pero ya van tres finales seguidas en las que el equipo no ha dado la talla. Laso tiene trabajo por delante, es una asignatura que no debe tener pendiente a estas alturas.

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