Así es el efecto rebote por el que Topuria ganará «10 kilos en 30 horas» para pelear contra Holloway

«No hay gloria sin dolor. Es como vivir el propio infierno en la vida real». Ilia resume de esta manera el recorte de peso. Tan descriptivo que puede sentirse la dificultad que esconde. Un ejercicio de sacrificio por dar la cifra exacta en el pesaje. A Topuria le tienen que salir las matemáticas para poder defender el cinturón, también a Holloway si quiere que su candidatura a campeón prospere.

Ambos luchadores tienen este viernes un rival común: la báscula. El reloj marcará las nueve de la mañana en Emiratos Árabes Unidos, siete de la madrugada horario peninsular, cuando ambos peleadores hagan fila para pesarse y detener la aguja en 65,8 kilos. De lo contrario no habrá pelea.

Un proceso, el de recorte de peso, catalogado como «infierno» por los luchadores, que Ilia lo inició en verano y abarca la alimentación, el descanso y todas las metodologías que tiene al alcance de su mano. «Él sigue una dieta basada en nutrientes orgánicos, biológicos y ecológicos y va bajando peso poco a poco. No hablo de masa muscular, sino de masa grasa en eso se centran todas estas semanas previas».

Una planificación medida al milímetro y al gramo. Por un lado, Ilia acude en ayunas a la máquina de crioterapia y, por otro, a una sauna equipada con bicicletas estáticas sobre las que realiza sesiones guiadas y, al acabar, culmina con media hora de jacuzzi para volver progresivamente a una temperatura corporal normal. Todo se agudiza el día previo al pesaje.

Topuria lleva a cabo una deshidratación que le permite dar el peso en la báscula. Durante la semana anterior se consume una cantidad de agua muy por encima de lo habitual hasta cortar la ingesta 24 horas antes del pesaje y el cuerpo reacciona expulsando toda la cantidad ingerida más la retención existente. También se somete a saunas, aclimatación al calor y sudoración para favorecer la pérdida de peso.

Topuria contra la báscula

65,5 es la marca a conseguir el día del pesaje, pero ni Holloway ni Topuria se subirán al octógono pesando la mencionada cantidad. Desde el momento en el que ambos luchadores se bajen de la báscula, se inicia una contrarreloj para ganar los. máximos kilos posibles hasta la pelea. No hay un segundo que mandar por el sumidero.

«No dejaré que baje ningún escalón y ya estaré dándole la bebida para iniciar la rehidratación», asegura Aldo Martínez, preparador físico de Topuria, durante su conversación con OKDIARIO. «La hidratación pasará a ser clave, así como el glucógeno, hidratos de carbono almidonado -aquellos que no han sido procesados y conservan su fibra, vitaminas y minerales- y lo que le apetezca en ese momento».

Una subida de peso progresiva que llegará hasta los 10,2 kilos aproximadamente. «Se situará en un peso muy bueno para él, en el que se encuentra rápido, ágil y con potencia. Ese es nuestro trabajo, que salga al octógono en las mejores condiciones posibles. Todo es muy personalizado y medido al detalle. La bebida de reposición me la proporciona UFC, me la da Glen Castro, el mánager de nutrición del Performance Institute», explica Aldo.

La racionalización de la ingesta, clave en la carga progresiva. «Desde que se toma la primera bebida, cronometramos 20 minutos hasta la siguiente. Luego otra y después, ya con electrolitos, cada 15 minutos. Tras la hidratación, Ilia va a orinar y es cuando empieza a comer hidratos almidonados de los que habíamos prescindido a lo largo de casi todo el campamento. Cada molécula se almidón es lo que permite la retención de líquidos y que el músculo vaya cogiendo volumen hasta recuperar 10,2 kilos aproximadamente en unas 30 horas».

Un proceso complicado, que lleva al límite el cuerpo humano de un deportista de élite. «Recomiendo a todo el mundo que vea la pelea porque Ilia va a brillar», explica el Doctor Aldo, sombra de Topuria. Primero deberá noquear a la báscula para después hacer lo propio con Holloway, algo que nadie ha conseguido hasta el momento.