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El pan ha sido un alimento básico durante siglos. Pero últimamente ha generado dudas por su efecto en la digestión, el peso y los niveles de azúcar en sangre.
En medio de esta discusión, un truco sencillo se ha hecho viral en redes sociales, mostrando una forma práctica de aprovechar mejor este alimento. Además de conservarlo por más tiempo, esta técnica potencia sus beneficios para la salud intestinal.
El método de la doctora Sara Marín para mejorar la microbiota con pan congelado
La doctora Sara Marín explica en una publicación de su Instagram @uncafecontudoctora la técnica para favorecer la microbiota con pan congelado.
El método consiste en congelar el pan previamente cortado en rebanadas y, cuando se quiera consumir, calentarlo directamente en una tostadora o en una sartén.
Según Marín, este gesto tan sencillo modifica la estructura del alimento: «Si congelas el pan y sacas una rebanada para meterla en la sartén o en la tostadora, gran parte del carbohidrato se va a convertir en fibra prebiótica».
De esta forma, lo que normalmente se percibe como un carbohidrato rápido se transforma en un recurso útil para alimentar a la microbiota intestinal.
Beneficios del pan congelado
El beneficio de este método está en la conversión parcial del almidón en almidón resistente, un tipo de carbohidrato que no se digiere en el intestino delgado. Al llegar intacto al intestino grueso, sirve como alimento a las bacterias beneficiosas de la microbiota.
El proceso de fermentación que llevan a cabo estas bacterias produce butirato, un ácido graso de cadena corta con importantes efectos antiinflamatorios. De acuerdo con Marín, este compuesto no sólo favorece la salud intestinal, sino que también regula la respuesta inmunitaria y contribuye a reducir la permeabilidad del intestino.
La evidencia científica respalda estas afirmaciones. Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition en 2022 destacó que el consumo de almidón resistente estimula la producción de butirato, mejora la sensibilidad a la insulina y fortalece la diversidad bacteriana de la microbiota.
Control de la glucosa y digestión más ligera: otras ventajas del pan congelado
Además de nutrir a la microbiota, el pan congelado y recalentado genera picos más bajos de glucosa en sangre en comparación con el pan fresco. Este detalle es especialmente relevante para quienes buscan controlar la glucemia y mantener niveles de energía más estables.
Asimismo, el cambio en la estructura del almidón facilita la digestión, lo que puede reducir la sensación de pesadez, la inflamación abdominal o la producción excesiva de gases. Por ello, esta técnica resulta interesante para personas con digestiones sensibles o molestias recurrentes tras consumir pan.
Cómo congelar y recalentar pan para cuidar la microbiota
Aunque funciona con cualquier variedad, se recomienda elegir panes integrales y elaborados con harinas menos refinadas para potenciar los beneficios. Éstas son algunas recomendaciones que puedes poner en práctica:
- Preparación: corta el pan en rebanadas antes de congelarlo, así podrás usar sólo lo necesario.
- Almacenamiento: guárdalo en bolsas herméticas, preferiblemente envuelto en film para evitar la humedad.
- Consumo: no lo descongeles a temperatura ambiente. Pásalo directamente del congelador a la sartén o tostadora.
Gracias a técnica puede aprovechar el pan como un verdadero aliado para la salud intestinal.