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El truco japonés para la lavadora que se ha puesto de moda: todo el mundo lo está copiando

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En la vida moderna, los electrodomésticos son esenciales para hacer nuestras tareas diarias más fáciles. La lavadora, en particular, ha revolucionado el lavado de ropa, permitiéndonos ahorrar tiempo y esfuerzo, pero también implica cierto mantenimiento si queremos que siga funcionando correctamente a lo largo del tiempo, y aquí es donde entra en juego el truco japonés que se ha hecho viral en redes sociales. Sin embargo, es fácil caer en hábitos automáticos que, aunque parecen inofensivos, pueden afectar su rendimiento y reducir su vida útil.

Uno de los gestos más comunes es cerrar la puerta tras vaciar la ropa. Esta práctica, aunque parece lógica y necesaria para mantener el orden en casa, podría ser perjudicial, ya que favorece la proliferación de hongos y bacterias. Éste es un problema que afecta no solo la higiene, sino también la eficiencia de la la lavadora, ya que puede hacer que el olor a humedad se transfiera a la ropa y que el aparato consuma más recursos, como agua y electricidad, al no estar en las mejores condiciones.

El truco japonés para mejorar la eficiencia de la lavadora

Para entender por qué dejar la puerta abierta es un truco tan importante, es fundamental conocer cómo funciona una lavadora. Cuando finaliza el ciclo de lavado, el tambor de la máquina sigue húmedo debido al agua que queda atrapada entre las fibras de la ropa y los residuos de detergente. Si la puerta de la lavadora se cierra inmediatamente después de vaciarla, el aire no puede circular adecuadamente dentro del tambor, lo que impide que se seque por completo.

El ambiente cerrado y húmedo que se crea dentro del tambor es el lugar ideal para la proliferación de bacterias, moho y hongos. Estos microorganismos, además de generar malos olores, pueden afectar la calidad de los lavados posteriores. Con el tiempo, el moho puede acumularse en las juntas de goma, que son esenciales para evitar filtraciones de agua, dañándolas.

Este daño puede ocasionar fugas de agua y, en consecuencia, un desgaste más rápido de la lavadora. Además, la humedad residual también puede causar que la máquina trabaje de manera menos eficiente, lo que se traduce en un mayor consumo de electricidad y agua.

En Japón, donde la cultura de los electrodomésticos y su cuidado es muy meticulosa, existe una práctica muy recomendada por los expertos: dejar la puerta de la lavadora abierta durante varias horas después de cada lavado. Este gesto permite que el aire circule libremente dentro del tambor, ayudando a que se seque por completo y evitando la proliferación de moho y bacterias.

El truco japonés no sólo mejora la higiene de la lavadora, sino que también optimiza su rendimiento. Al estar seca, la lavadora puede funcionar de manera más eficiente, lo que se traduce en un menor consumo de energía. Además, al eliminar la humedad residual, se reduce considerablemente el riesgo de que se produzcan malos olores en la ropa.

Consejos adicionales

Además de dejar la puerta abierta para secar el tambor, existen otras prácticas de mantenimiento que pueden prolongar la vida útil de la lavadora:

En resumen, dejar la puerta de la lavadora abierta después de cada ciclo de lavado es un hábito simple pero esencial para mantener este electrodoméstico en buen estado y garantizar un rendimiento óptimo a largo plazo. Este gesto no sólo previene la formación de malos olores, sino que también ayuda a evitar un desgaste innecesario de las piezas internas de la lavadora, como las juntas de goma y otros componentes sensibles.

Además, al reducir la humedad residual, se mejora la eficiencia energética del aparato, lo que se traduce en menores consumos de agua y electricidad, y por ende, en ahorro económico. En definitiva, cuidar de la lavadora con estos sencillos hábitos, es clave para alargar su vida útil.