Historia

Encuentran documentos en las nalgas de un Cristo del siglo XVIII

Curiosamente, la talla de un Cristo que data del siglo XVIII; concretamente en su parte trasera, las nalgas, guardaba un secreto.

cristo
El documento original está ahora en el Arzobispado de Burgos.

Hay muchos lugares para esconder tesoros que pueden pasar años y años. Pero curiosamente, la talla de un Cristo que data del siglo XVIII; concretamente en su parte trasera, las nalgas, guardaba un secreto: documentos de información de la sociedad de esa época. Este pergamino está firmado por el capellán de la Catedral de Burgo de Osma, provincia de Burgos, Joaquín Mínguez, que lo escondió allí como una especie de juego para que ver quien lo encontraba.

Este documento está formado de dos pliegos escritos a mano por ambas partes que los restauradores encontraron al quitar la pieza del paño que cubre las nalgas. El capellán lo dejó allí para que se pudiera descubrir muchos años después y por lo visto así ha sido.

¿Qué relataba el manuscrito?

El mismo capellán explicaba, en el manuscrito, porqué lo había dejado allí y además daba información de la sociedad del momento, explicando qué se estaba cultivando en la zona. Pero también da pistas de la información de las enfermedades más comunes de ese año, sobre el papel de la iglesia en aquella época, etc.

Una cápsula del tiempo

Los historiadores cree que este documento fue fruto de un acuerdo secreto entre el capellán y el escultor de la talla del Cristo para que pudiera descubrirse todo más tarde. Y al final ha sido como una poderosa cápsula del tiempo que nos da más detalles de cómo era esa época.

Una copia de nuevo en el trasero del Cristo

El documento original está ahora en el Arzobispado de Burgos para su conservación. Pero se ha realizado una copia que se pondrá de nuevo en el trasero de la figura del Cristo. ¿Las razones? Pues nada más que para mantener la tradición. Ya que se ve que lo que se pretende es que este documento vuelva a ser descubierto por las personas que vendrán posteriormente, siguiendo lo que hizo el capellán hace ya tres siglos.

Debemos remarcar que esta talla se restauró en Madrid y al Cristo de esa época, en la zona de Burgos, se le conocía como Cristo del Miserere.

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