¿Tienes habilidades sociales? Descubre los diferentes tipos que existen
Tener habilidades sociales es muy importante a nivel personal, pero también profesional
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Una persona con muchos amigos puede tener algunas habilidades sociales, pero no necesariamente las tendrá todas. Además, debe contar con diversas destrezas que le ayudarán a resolver de forma efectiva las situaciones o conflictos, mejorar sus relaciones y también su propia vida.
Además, estas tácticas o formas de resolver situaciones no son innatas, sino que se adquieren durante el transcurso de nuestra vida. Por ello, también se pueden aprender.
Qué son y de qué sirven las habilidades sociales
Una persona que haya adquirido ciertas habilidades sociales interactúa mejor son las demás personas.
Expresa mejor sus opiniones, sus emociones y sentimientos, tiene una mejor capacidad para hacer sentir bien al interlocutor y fomenta relaciones sociales satisfactorias y positivas.
Pero existen varios tipos de habilidades sociales. Y saber manejarlas nos ayuda a vivir mejor y también a ser más felices.
Las habilidades sociales se clasifican en varios grupos.
Las habilidades básicas implican saber iniciar y mantener una conversación, presentarse a uno mismo, saber escuchar, ser empático, formular preguntas, dar las gracias y saber hacer cumplidos.
Las hablidades avanzadas añaden la capacidad para expresar su opinión o hacer sugerencias, participar en una conversación, seguir y dar instrucciones, pedir ayuda, pedir disculpas y capacidad de convicción.
Las habilidades afectivas suman el identificar emociones y sentimientos, expresar afecto, gestionar el miedo a comunicarse, la capacidad de expresar los sentimientos y las emociones, el comprender las emociones y sentimientos de otros, el respetar los sentimientos o convicciones de los demás, la capacidad de consolar a otros, el poder manejar el enfado de otras personas, la capacidad de auto-recompensa, la de negociación / opciones a la agresividad, la capacidad de amarse a uno mismo, la capacidad de ayudar a los demás, el saber pedir permiso y el saber compartir.
Las habilidades de negociación y autocontrol añaden capacidad de defender los propios derechos, el hacer frente al estrés, la tolerancia al fracaso, a ser ignorado o desairado, el poder gestionar el miedo y la vergüenza, la capacidad de responder a la persuasión y a la acusación, la habilidad de formular o responder quejas o reclamaciones, la capacidad para defender al otro, la deportividad y trabajo en equipo y poder gestionar una conversación complicada o examinar mensajes contradictorios.
Las habilidades de planificación suman reconocimiento de las propias habilidades, poder determinar objetivos, capacidad para concentrarse y de tomar decisiones, capacidad de recopilar información e identificar causas de problemas y resolverlos.
Todas estas capacidades son necesarias, pero deben ser flexibles, pues han de adaptarse a las diferentes situaciones de nuestra vida. Además, las habilidades sociales siempre pueden ser aprendidas o perfeccionadas, y nunca es tarde para ello.