Decoración

Soy interiorista y estos son los 3 secretos para que mi casa parezca de lujo por muy poco dinero

casa de lujo
Blanca Espada

Tener una casa de lujo no sólo implica el poder comprar muebles caros o contar con una decoración excepcional. De hecho, hoy en día las posibilidades de diseño y decoración son tan amplias, que al margen de tener piezas exclusivas, el buen uso de los colores y sobre todo, el saber elegir bien lo que colocas en tu casa y cómo usar una buena iluminación, puede convertir cualquier estancia corriente en algo de revista. Es algo que tienen claro interiorista como @interiordesignbylu, que ha revelado los 3 secretos para que una casa parezca de lujo por muy poco dinero.

Como podemos comprobar con los consejos que esta interiorista da en TikTok, los detalles son clave para poder decir que nuestra casa parece casi de lujo. Entre estos está parte de lo ya mencionado: saber combinar bien los colores, acertar cuando se distribuye la luz y hasta saber cuál es la altura adecuada para los muebles. Algo en lo que prácticamente ni pensamos pero que realmente,  puede marcar la diferencia. Entonces, si tú también quieres ver que tu casa es lujosa y que se ve con mucho más estilo, no te pierdas nada de los 3 secretos que ahora te explicamos. Y es que así entenderás que no se trata de cambiar todos los muebles ni de invertir en materiales caros, sino de entender cómo funcionan las proporciones, la iluminación y la armonía visual.

Los 3 secretos de una interiorista para una casa de lujo

A través de tres ejemplos que son realmente visuales, esta interiorista demuestra que para tener una casa de lujo no tienes que gastar mucho dinero y sí tener algo de criterio estético. Y lo mejor es que estos consejos sirven tanto para un piso pequeño como para una vivienda que sea mucho más grande.

Crea diferentes alturas y planos

El primer truco consiste en jugar con las alturas y los planos. Algo que cualquier decorador o interiorista sabe bien porque es de hecho, uno de los recursos que más usan. El porqué de este truco es fácil de entender: cuando todos los elementos de una estancia están a la misma altura, el resultado se percibe plano, sin profundidad ni movimiento. En cambio, si se mezclan piezas de distintas alturas (una lámpara de pie alta, una mesa auxiliar media y un puf bajo ) se genera dinamismo y sensación de equilibrio.

Pero este truco no es sólo factible para el salón. También lo podemos usar en el dormitorio, donde por ejemplo  puedes tener una mesita baja, con un cuadro a media altura y una lámpara suspendida del techo. O en la cocina,  poner plantas o accesorios a distintos niveles para creara un efecto similar. La clave está en que el ojo perciba distintos puntos de interés, lo que aporta dimensión y un aire más cuidado.

Luz en capas

El segundo secreto está en la iluminación, uno de los aspectos más determinantes del diseño interior y, sin embargo, uno de los que más solemos pasar por alto.. La propuesta de @interiordesignbylu se basa en la idea de crear luz en capas, es decir, combinar tres tipos de iluminación distintos: luz ambiental, luz de trabajo y luz wow.

Entonces, la luz ambiental es la base. Con ella se ilumina de forma general y uniforme, y se consigue con lámparas de techo, plafones o focos empotrados. La luz de trabajo se centra en zonas concretas donde se necesita mayor claridad, como un escritorio, la encimera de la cocina o la mesilla de noche. Y, por último, la luz wow es ese toque que aporta carácter o estilo a la estancia. Por ejemplo una lámpara colgante escultural, un aplique con diseño o una tira LED que resalte un cuadro o una estantería.

Paleta 60-30-10

El tercer secreto, que es también muy utilizado por interioristas profesionales, se llama paleta 60-30-10. Es una regla sencilla que consiste en equilibrar los colores de cualquier habitación y lo mejor es que para ello no se requiere que tengas conocimientos técnicos. Lo único que tienes que hacer es aplicar un 60 % de color base, un 30 % de color secundario y un 10 % de color de acento.

  • El color base suele corresponder a las paredes, el suelo o los elementos de mayor superficie. Entonces, va a ser el color o tono que domine la estancia y marca la sensación general (por ejemplo, un beige, gris o blanco roto o el color más de moda este año: el greige que mezcla gris y beige).
  • El color secundario se utiliza en el mobiliario principal, como sofás, sillas o cortinas, aportando contraste y profundidad.
  • Por último el color de acento se reserva para los detalles: cojines, las cortinas, las mantas de la cama, los cuadros o pequeños muebles auxiliares.

Esta regla es casi infalible, y lo mejor es que permite renovar el ambiente sin hacer grandes cambios. Basta con sustituir los accesorios o textiles por otros tonos para lograr un efecto completamente distinto. Además si sigues esta proporción de la paleta 60-30-1 puedes mantener la coherencia visual, evitando la sensación de caos que se produce cuando hay demasiados colores. Es un método sencillo, pero de resultado inmediato.

Como ves, aplicar estos tres trucos no requiere obras ni grandes inversiones. A veces, basta con reorganizar lo que ya tenemos, ajustar la luz o repensar los colores. Algo sencillo, que todos podemos hacer en casa y que de este modo, luzca como de lujo.

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