Somos expertos en jardinería y estas son las mejores macetas que para que los cactus crezcan sanos
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Pese a la extendida creencia de que los cactus son una opción ideal para quienes no dominan el cuidado de las plantas, lo cierto es que su mantenimiento tiene reglas concretas que no conviene ignorar. Estas plantas, originarias de entornos áridos, se arman de una resistencia notable. Pero esa resistencia no asegura al 100% que los cactus crezcan sanos.
La elección de la maceta es un punto fundamental. No se trata únicamente de una cuestión estética o decorativa. El recipiente en el que se aloje el cactus influye de forma directa en su desarrollo, salud y longevidad. Por ello, entender qué materiales favorecen que los cactus crezcan sanos se vuelve esencial para quienes quieren mantener estas plantas en buen estado.
¿Cuáles son las mejores macetas que para que los cactus crezcan sanos, según expertos?
Uno de los materiales que mejor responde a las necesidades de los cactus es el barro. Estas macetas cuentan con una serie de ventajas que ayudan a reproducir las condiciones naturales a las que estas plantas están habituadas.
A continuación, se enumeran los principales beneficios de las macetas de barro:
- Transpiración del sustrato: al ser poroso, el barro permite que el exceso de humedad se evapore más fácilmente. Esto reduce el riesgo de pudrición de raíces, algo habitual en cactus que reciben más agua de la necesaria.
- Drenaje natural: además de los orificios obligatorios en la base, la propia estructura del barro contribuye a evacuar el agua sobrante.
- Regulación térmica: a diferencia del plástico, el barro actúa como aislante. Protege las raíces del exceso de calor y también de las bajas temperaturas.
- Estabilidad: su peso evita que los cactus, que muchas veces desarrollan un crecimiento vertical, se vuelquen fácilmente.
- Adherencia de las raíces: la textura rugosa del interior permite a las raíces anclarse mejor, lo que favorece su desarrollo estructural.
No obstante, se debe prestar atención al tipo de barro. Si la maceta está esmaltada o vidriada en toda su superficie, su capacidad de transpiración se reduce drásticamente. Además, si el esmalte es oscuro y la maceta se expone al sol, puede provocar un sobrecalentamiento del sustrato.
Dicho esto, otra recomendación es la de optar por macetas de barro sin esmaltar o, en su defecto, que solo tengan esmaltado parcial.
¿Qué materiales no favorecen el crecimiento sano del cactus?
La popularidad de los cactus despertó de la tumba a una amplia oferta de macetas fabricadas en diversos materiales. Sin embargo, no todos cumplen con las condiciones adecuadas para que los cactus crezcan sanos.
Estos son los materiales menos adecuados para los cactus:
- Plástico: retiene la humedad y el calor. Además, su poco peso hace que las plantas se vuelquen con facilidad. No permite a las raíces agarrarse bien a las paredes.
- Resina: tiene un comportamiento similar al plástico, aunque retiene algo menos de calor. Pese a su durabilidad, no aporta beneficios al desarrollo de los cactus.
- Metal: es el más desaconsejado. Conduce y amplifica el calor, lo que afecta directamente a las raíces. Además, sufre corrosión con la humedad, deteriorándose en poco tiempo.
- Piedra o cemento: aunque aíslan bien del calor y del frío, su peso excesivo y su nula capacidad de transpiración los hacen poco prácticos. Pueden retener agua más tiempo del aconsejable.
Factores adicionales a tener en cuenta para cuidar un cactus
Además del material, hay otros aspectos que inciden en el bienestar del cactus y que deben valorarse al elegir la maceta.
- Tamaño adecuado: los cactus no requieren grandes volúmenes de tierra. Una maceta demasiado grande acumula más humedad de la necesaria. Lo ideal es una maceta proporcional al tamaño del cactus y que permita un desarrollo moderado de sus raíces. Si la planta crece y se queda sin espacio, entonces sí conviene hacer un cambio de tiesto.
- Agujeros de drenaje: más que indispensables. Una maceta sin agujeros acumulará agua en la base, lo que puede ser letal para el cactus. En caso de que se disponga de una maceta decorativa sin perforaciones, se puede recurrir al sistema de doble maceta: se introduce el cactus en una maceta interna con agujeros y esta, a su vez, dentro del recipiente decorativo.
- Frecuencia de riego: regar en exceso es uno de los errores más comunes. En invierno, basta con una vez al mes. En verano, cada 15 días. La propia estructura del cactus le permite almacenar agua, por lo que un riego frecuente es innecesario y perjudicial.