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Poca gente lo sabe, pero en el Amazonas viven delfines de color rosa, y están en peligro de extinción

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

En el Amazonas, habita una especie que pocos conocen pero que es verdaderamente extraordinaria: delfines rosados. Estos mamíferos acuáticos  han cautivado a científicos y a diferentes comunidades.

Este animal tan peculiar se enfrenta a grandes amenazas que ponen en riesgo su permanencia, en medio de un entorno cada vez más transformado por la actividad humana. ¿Quieres saber cuáles?

Delfines rosados del Amazonas: un tesoro natural en peligro

El delfín rosado, también conocido como boto o Inia geoffrensis, se encuentra en peligro de extinción. Su característica tonalidad, que puede ir del gris claro al rosa intenso, depende de factores como la edad, la temperatura del agua y la ubicación geográfica.

Esta especie habita la cuenca del Amazonas y del Orinoco, extendiéndose por países como Brasil, Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador y Venezuela. A diferencia de los delfines marinos, el boto ha desarrollado adaptaciones notables para sobrevivir en los ríos.

Su cuello flexible, gracias a vértebras no fusionadas, le permite moverse con agilidad entre raíces y vegetación sumergida. Su hocico alargado y delgado está diseñado para capturar peces en espacios reducidos, mientras que su aleta dorsal, pequeña y triangular, le permite maniobrar fácilmente en zonas de poca profundidad.

Estos mamíferos, de naturaleza curiosa e inteligente, utilizan un sofisticado sistema de comunicación basado en clics y silbidos para interactuar, orientarse y localizar presas.

Durante el cortejo, los machos exhiben acrobacias y entregan objetos como hojas o ramas a las hembras. Las crías nacen grises y permanecen junto a sus madres hasta los dos años, aprendiendo habilidades clave para su supervivencia.

Las amenazas que ponen en peligro a los delfines rosados

El delfín rosado, clasificado como «especie vulnerable» por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se enfrenta a un futuro incierto si no se actúa con urgencia.

Tal y como informa la Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente, la deforestación, impulsada por la expansión agrícola y la infraestructura, destruye hábitats cruciales como los bosques inundables. La construcción de represas interrumpe rutas migratorias y fragmenta poblaciones.

La contaminación también representa una amenaza crítica. Metales pesados, pesticidas y residuos plásticos afectan su salud reproductiva y longevidad. El mercurio liberado por la minería ilegal de oro se acumula en su organismo, provocando daños neurológicos.

Además, muchos mueren atrapados en redes de pesca o son cazados ilegalmente para ser utilizados como cebo en la pesca de piracatinga (Calophysus macropterus). A esto se suma el impacto del cambio climático, que altera los ciclos reproductivos y la disponibilidad de alimento.

Conservación del delfín rosado e importancia natural y cultural

Frente a esta situación, diversas iniciativas buscan preservar la especie. Existen áreas protegidas como la Reserva Nacional Pacaya-Samiria (Perú) y el Parque Nacional Yasuní (Ecuador), además de convenios internacionales como CITES. La educación ambiental también juega un rol esencial en generar conciencia.

Culturalmente, el boto es venerado por pueblos indígenas. Leyendas como la del «Encantado» lo representan como un ser mágico capaz de transformarse en humano. Este respeto ancestral ha sido fundamental para su protección en algunas regiones.