Hogar

El peligroso gesto que todos hacemos con las toallas cuando salimos de la ducha: «Puede provocar…»

Toallas
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Las toallas que usamos en el baño, aunque parezcan limpias, se pueden convertir en un terreno fértil para la proliferación de bacterias y otros microorganismos. De hecho, un experimento realizado por una joven en Finlandia ha revelado que el simple gesto de secarse con una toalla puede llevar consigo una gran cantidad de bacterias que podrían ser perjudiciales para nuestra salud.

La humedad que queda en las toallas después de cada uso, junto con el hecho de que muchas veces se guardan en lugares donde apenas circula el aire, crea el ambiente perfecto para que los microorganismos se multipliquen. Esto puede afectar a la piel, causando irritaciones, y también aumenta el riesgo de problemas más graves, como infecciones en el tracto urinario.

El riesgo de bacterias en las toallas de baño

El uso cotidiano de una toalla parece algo completamente inofensivo, pero detrás de su apariencia suave y cómoda, éstas se pueden convertir en verdaderos depósitos de bacterias. Aunque su propósito es limpiar y secar el cuerpo, en realidad, las toallas absorben la humedad y las impurezas de la piel. Durante el proceso de secado, la toalla entra en contacto con diversas partes del cuerpo, como las axilas, los pies o las zonas íntimas, lo que facilita la transferencia de bacterias y otros microorganismos presentes en la piel.

Lo peor es que las toallas tienden a mantenerse húmedas durante mucho tiempo, creando el ambiente perfecto para que esos microorganismos se reproduzcan. A medida que las bacterias se multiplican, también lo hacen los olores desagradables que generan. En un estudio realizado por una joven finlandesa, se descubrió una cantidad alarmante de bacterias en una toalla de baño, lo que llevó a la conclusión de que muchas de las toallas que usamos a diario están mucho más sucias de lo que pensamos.

Por ejemplo, bacterias comunes como Escherichia coli (E. coli), que normalmente se encuentran en las heces humanas, pueden acabar en las toallas si éstas entran en contacto con superficies contaminadas. Si alguien utiliza una toalla contaminada con E. coli en áreas sensibles del cuerpo, como la zona genital, existe el riesgo de que la bacteria se traslade al tracto urinario, lo que puede causar infecciones. Algunos estudios incluso sugieren que las bacterias de las toallas pueden trasladarse de un lugar a otro de la casa, como de la toalla del baño a la cocina, lo que podría suponer una amenaza para la seguridad alimentaria si esas bacterias contaminan superficies donde preparamos la comida.

Humedad

La humedad es uno de los principales factores que favorecen el crecimiento de bacterias en las toallas. Después de cada ducha, las toallas quedan mojadas, proporcionando el ambiente ideal para que los gérmenes prosperen. Aunque algunas personas intentan secarlas en lugares bien ventilados, muchas veces esto no ocurre, como cuando se dejan enrolladas o amontonadas en sitios donde no circula el aire.

Además, es común que se reutilicen las toallas durante varios días sin lavarlas, provocando que se acumulen la humedad y la suciedad . Esto puede aumentar el riesgo de infecciones en la piel y otros problemas de salud. Por ello, los expertos en higiene recomiendan lavar las toallas con frecuencia y asegurarse de que estén completamente secas antes de volver a usarlas, para evitar riesgos innecesarios.

Lavado

Lavar las toallas de manera adecuada es fundamental para mantenerlas limpias, frescas y libres de bacterias. El primer paso es lavarlas con frecuencia, preferiblemente cada dos o tres días. Otro aspecto clave es la temperatura del agua: se recomienda usar agua caliente, a 60 grados . Esta temperatura es ideal para eliminar bacterias y otros microorganismos que puedan estar presentes en las fibras de la toalla.

El bicarbonato de sodio es un excelente aliado para mejorar la limpieza de las toallas en la lavadora. Al añadir media taza de bicarbonato directamente al tambor de la lavadora, se ayuda a neutralizar olores y a eliminar manchas difíciles. Además, actúa como un suavizante natural, dejándolas más suaves sin productos químicos agresivos. El bicarbonato también tiene propiedades antibacterianas, lo que contribuye a eliminar microorganismos presentes en las toallas. Es recomendable usarlo junto con el detergente habitual, especialmente cuando las toallas están muy sucias.

Además, es importante no sobrecargar la lavadora. Si se meter demasiadas toallas en un solo ciclo, no se podrán lavar bien, ya que el detergente no podrá circular entre las fibras. Esto también dificulta el secado, dejando humedad residual que favorece la proliferación de bacterias. Por lo tanto, es recomendable lavar las toallas en cargas pequeñas para garantizar una limpieza más eficaz.

Finalmente, es importante secar bien las toallas después de lavarlas. Lo ideal es dejarlas al aire libre en un lugar bien ventilado. De lo contrario, se pueden crear las condiciones ideales para la proliferación de microorganismos. Siguiendo estos sencillos pasos, podrás mantener las toallas no sólo limpias, sino también higiénicas y libres de bacterias.

Lo último en Curiosidades

Últimas noticias