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Hay una verdad oculta en los JJOO de París: los suplementos deportivos en la Villa Olímpica y su eficacia

Suplementación deportiva
Suplementos deportivos.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En los Juegos Olímpicos de París 2024, la suplementación nutricional juega un papel crucial para mejorar el rendimiento y prevenir lesiones en atletas. Los suplementos, considerados ayudas ergogénicas, incluyen componentes que optimizan la salud y el rendimiento deportivo. Estos suplementos, desde aminoácidos hasta proteínas y vitaminas, deben ser evaluados cuidadosamente para garantizar su eficacia y seguridad.

La evidencia científica, como la del Instituto Australiano del Deporte (AIS), clasifica los suplementos en cuatro grados: A (con alta evidencia científica y seguridad), B (requieren más investigación), C (sin respaldo sólido), y D (posibles contaminantes o sustancias prohibidas). Los productos de Grado A incluyen cafeína, creatina, y proteínas, que han demostrado beneficios para el rendimiento y la recuperación. Para deportistas, se recomiendan suplementos básicos como multivitamínicos, BCAA, creatina, proteínas y glutamina. Estos productos ayudan en la recuperación muscular, mantienen el rendimiento energético y apoyan la salud general. El mercado de suplementos está en crecimiento, impulsado por un mayor interés en la salud y la demanda global. La clave es combinar estos suplementos con una dieta equilibrada y una adecuada hidratación.

Suplementos alimenticios en los JJOO de París

En los grandes eventos deportivos como los Juegos Olímpicos, el uso de suplementos deportivos es común, pero no todos los productos ofrecen los beneficios que prometen. Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, muchos atletas consumen suplementos que, a pesar de su popularidad, no siempre tienen respaldo científico en cuanto a su eficacia.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha evaluado varios de estos suplementos y, en muchos casos, no ha encontrado evidencia sólida que respalde sus beneficios alegados.

Uno de los suplementos más discutidos es la L-Glutamina, un aminoácido producido en el hígado y los pulmones. Se usa para mantener el volumen muscular después del ejercicio, pero la EFSA no apoya su eficacia en mejorar el rendimiento deportivo o acelerar la recuperación.

De manera similar, los hidrolizados de caseína, proteínas derivadas de la leche, se publicitan como eficaces para la rápida absorción de aminoácidos y la síntesis de proteínas. Sin embargo, no existen pruebas concluyentes que demuestren que estos suplementos contribuyan al crecimiento muscular, aumenten la resistencia o aceleren la recuperación muscular.

El hidroximetilbutirato (HMB), derivado del aminoácido leucina, también es objeto de debate. Prometido como un suplemento que estimula la síntesis de proteínas y mejora la fuerza y resistencia, la EFSA no ha confirmado estas propiedades.

Los suplementos de beta-alanina, otro aminoácido popular entre los atletas de fuerza, se usan para mejorar el rendimiento en ejercicios de alta intensidad. No obstante, la EFSA no ha encontrado evidencia de que estos suplementos realmente mejoren el rendimiento físico.

La citrulina malato, un suplemento destinado a mejorar el metabolismo muscular y la eficiencia contráctil, también muestra deficiencias en los estudios existentes, lo que ha llevado a la EFSA a cuestionar su efectividad.

Los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA), que incluyen leucina, isoleucina y valina, se usan para la recuperación post-entrenamiento, pero no se ha encontrado evidencia que respalde sus beneficios en términos de crecimiento muscular o reducción del dolor muscular.

La ribosa, un monosacárido importante en la formación de ATP, y la L-tirosina, un aminoácido que se promociona como potenciador del rendimiento deportivo, también carecen de pruebas que demuestren mejoras significativas en el rendimiento físico o en el tratamiento de afecciones como el Parkinson.

La proteína de suero de leche, a pesar de ser ampliamente utilizada, no muestra evidencia de que su ingesta mejore el rendimiento deportivo o el aumento de la masa muscular, según la EFSA.

La L-Carnitina, que se supone ayuda en la recuperación de la fatiga muscular y mejora la resistencia, no ha demostrado tener un impacto significativo en el metabolismo de las grasas ni en la recuperación muscular.

Del mismo modo, el colágeno, una proteína fundamental para articulaciones y tejidos, no ha mostrado beneficios directos para el mantenimiento de las articulaciones según los informes de la EFSA.

El ácido hialurónico, un polisacárido conocido por su rol en la hidratación de la piel y la salud de las articulaciones, no ha demostrado tener efectos positivos significativos cuando se consume como complemento alimenticio. Finalmente, el sulfato de condroitina, crucial para la elasticidad y resistencia del cartílago, también ha fallado en proporcionar evidencia sólida que confirme su efectividad en la mejora de la salud articular.

La conclusión es que, a pesar del marketing agresivo y la popularidad de estos suplementos, muchos no están respaldados por pruebas científicas que respalden sus beneficios prometidos.

Los atletas y consumidores deben ser cautelosos y basar sus decisiones en evidencias científicas en lugar de confiar en afirmaciones publicitarias. La información proporcionada por la EFSA es una herramienta valiosa para evitar caer en las trampas de la pseudociencia y tomar decisiones más informadas sobre la suplementación deportiva.

La suplementación adecuada, respaldada por evidencia científica, optimiza el rendimiento y la recuperación en deportistas, previniendo lesiones y mejorando la salud.

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