Carta universal de Juan de la Cosa: el mapa que situó por primera vez a América en el mundo

mapa Juan de la Cosa
Pilar Medina Rayo

Una de las primeras necesidades del hombre fue la de tener un sentido lo más exacto posible de su propia localización, hecho que propició el estudio y conocimiento de su entorno. Esta temprana necesidad dio origen a la elaboración de mapas. El mapa más antiguo, del que tenemos conocimiento, se encuentra tallado en una piedra y data de hace 13.660 años.

En el siglo XV comenzaron los grandes viajes europeos de descubrimientos con Colón, Vasco de Gama, Balboa o Magallanes, entre otros. El conocimiento de nuevas tierras ocasionó dejar constancia de las mismas en los mapas.

La Carta Universal de Juan de la Cosa, fechada en el Puerto de Santa María en el año 1500, es uno de los mapas más importantes del mundo. Se trata del primer mapa que se conserva donde aparece el continente americano. En esta representación cartográfica aparecen los nuevos territorios descubiertos al otro lado del Atlántico entre 1492 y 1500, así como gran parte del Viejo Mundo, según el estilo de los portulanos medievales.

Esta joya universal se la debemos a la sabiduría y habilidad del navegante y cosmógrafo que le da nombre. Una inscripción en el mapa indica su autoría «Juan de la cosa la fizo en el puerto de S: mã en año de 1500». La Carta cuenta con una rica decoración, por lo que se presume que el mapa fue realizado por encargo del obispo Fonseca para mostrar a los Reyes Católicos la extensión de su imperio ultramarino.

Cabe destacar que el autor del mismo fue testigo presencial del descubrimiento, ya que Juan de la Cosa era el propietario y piloto de la nao Santa María, la nave capitana que formó parte del primer viaje de Colón.

Está delineado en pergamino, en dos pieles, que forman un rectángulo de 93 centímetros de alto y 183 de ancho. Pintado en color y decorado a la manera de los portulanos de la escuela mallorquina, con motivos tales como rosas de los vientos, destacando una de mayor tamaño con la Virgen y el Niño en el centro; banderas, ciudades y embarcaciones; los Reyes Magos; los soplones o Eolos; reyes africanos y personajes legendarios como el Preste Juan de las Indias. Digno de particular atención son las representaciones, dentro de los dominios del gran Kan, de dos figuras que representan un hombre sin cabeza, con los ojos en los pechos y la boca en el estómago, y otro con hocico de perro, con sendos letreros de Got y Magot, haciendo así alusión a los personajes bíblicos que Colón, en su primer viaje, pensó que existían en la isla de Cuba y que confundió con las tierras de Cipango y Catay, monstruos descritos por Marco Polo en sus narraciones. En su parte superior, sobre la zona de Centroamérica, destaca una gran imagen de San Cristóbal, posiblemente en honor a Cristóbal Colón. En el mapa también se recoge la reciente noticia de la llegada de Vasco de Gama a la India en 1498.

Además de las clásicas líneas de los portulanos, cabe destacar tres líneas rectas que se corresponden con el Círculo Cancro, representando el Trópico de Cáncer; el Círculo Equinoccial, paralela a la anterior y que vendría a coincidir con la línea del ecuador; y la línea Meridional que corta a las dos anteriores perpendicularmente y que se considera que podría ser el meridiano acordado en el Tratado de Tordesillas, de 1494, por el que se repartían entre Castilla y Portugal los territorios por descubrirse, correspondiendo al oriente de dicha línea a Portugal y los ubicados al occidente a Castilla.

La Carta también recoge importantes errores de latitud que coinciden con los mismos que cometió Colón en su primer viaje, quizá debido al tosco instrumental del que disponía, siendo afinados estos errores en los viajes posteriores, hasta alcanzar una precisión no superada por ningún marino hasta la invención del sextante.

Este tesoro cartográfico desapareció de España en circunstancias ignoradas, apareciendo en 1832 en la Biblioteca del barón de Walchenaer, en París. En 1853, tras la muerte del barón, y gracias al tesón del capitán de navío Cesáreo Fernández Duro, la Carta pudo ser recuperada de nuevo, en subasta pública, por el Gobierno español. Desde entonces se conserva en el Museo Naval de Madrid.

Tal y como se ha expuesto, la Carta Universal de Juan de la Cosa es el mapa más antiguo que se conoce del Nuevo Mundo. En 1965 la Universidad de Yale dio a conocer la existencia del mapa de Vinlandia. Se trata de un pergamino que atestiguaría que fueron los vikingos, y no Colón, los verdaderos descubridores de América. El citado mapa lo dataron en el siglo XV, siendo, a su vez, copia de otro mapa anterior del siglo XIII. En él se representa, en el atlántico, una masa de tierra denominada Vinlandia donde, supuestamente, los vikingos habrían llegado en el siglo XI. Actualmente, se ha determinado que el citado mapa es un fraude, que el mismo se realizó sobre un manuscrito antiguo robado que, según el estudioso escocés John Paul Floyd, pertenecía a la Seo de Zaragoza.

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