Adiós a las garrapatas en minutos: el truco infalible que usa tu madre y que conquista a los expertos


Las garrapatas se han convertido en un invitado indeseado habitual en nuestros paseos por el campo, las escapadas de fin de semana o, simplemente, en el jardín familiar. Cada primavera los medios recuerdan los riesgos de las picaduras, desde la temida enfermedad de Lyme hasta la fiebre botonosa. Afortunadamente, existe un truco casero, sencillo y sorprendentemente eficaz, transmitido de generación en generación, para acabar con las garrapatas.
Lo curioso es que este truco doméstico, nacido de la experiencia y la observación, ha despertado el interés de dermatólogos, veterinarios y entomólogos. Los profesionales han constatado que, bien ejecutado, respeta las recomendaciones científicas de extracción mecánica, minimiza la transmisión de patógenos y resulta más cómodo que los métodos tradicionales basados exclusivamente en pinzas.
El mejor truco para decir adiós a las garrapatas
Las garrapatas son ectoparásitos resilientes que se alimentan de sangre y utilizan a mamíferos, aves e incluso reptiles como huéspedes temporales. En España, la especie más común es Ixodes ricinus, aunque en zonas secas empieza a proliferar Hyalomma marginatum, portadora del virus Crimea‑Congo. Para el ser humano, el peligro no está en la picadura en sí misma, sino en los microbios que pueden transmitir: Borrelia burgdorferi (enfermedad de Lyme), Rickettsia conorii (fiebre mediterránea) o Anaplasma phagocytophilum, entre otros.
El truco para eliminar las garrapatas basa en tres pasos esenciales: primero, se aplica una pequeña cantidad de aceite templado con una gota de aceite esencial de árbol de té directamente sobre la garrapata, lo que ayuda a relajarla. Luego, se rodea suavemente su base con hilo dental encerado, formando un lazo que permite manipularla sin dañar la piel. Y, finalmente, se tira en línea recta con firmeza y constancia, evitando giros o tirones bruscos. Esto previene que el hipostoma se rompa dentro de la piel y reduce el riesgo de transmisión de patógenos al no presionar el abdomen.
Paso a paso
Para llevar a cabo este truco para extraer las garrapatas de forma segura y efectiva, necesitarás: un aceite base como el de oliva virgen o almendras dulces, ligeramente calentado a unos 37 °C; una gota de aceite esencial de árbol de té por sus propiedades antisépticas y acaricidas; hilo dental encerado para hacer un lazo firme pero suave; una pinza de punta fina (opcional, pero muy útil); gasas estériles y clorhexidina para desinfectar la zona; y guantes de nitrilo para evitar el contacto directo.
- Con un bastoncillo, deposita una gota de la mezcla de aceite base y árbol de té directamente sobre la garrapata. El calor suave y los terpenos del árbol de té provocan que el artrópodo relaje sus piezas bucales en un lapso de 30 a 60 segundos.
- Rodea la base de la garrapata, lo más pegado posible a la piel. Aprieta suavemente hasta notar un tope, sin estrangular.
- Sujeta ambos extremos del hilo y tracciona verticalmente, de manera constante. Si usas pinzas, sujétala por la cabeza, nunca por el abdomen.
- Cuando notes que se libera, deposítala en un frasco con alcohol para su identificación o deséchala lejos de zonas habitadas.
- Limpia la zona con clorhexidina y cubre con una gasa estéril unas horas.
El árbol de té (Melaleuca alternifolia) contiene terpinen‑4‑ol y cineol, sustancias que actúan como repelentes naturales y afectan la coordinación motora de los ácaros. El aceite templado ablanda el cemento proteico que la garrapata segrega para fijarse.
Varios estudios han confirmado que, tras 60 segundos en contacto con terpinen‑4‑ol al 2 %, la capacidad de succión de las garrapatas se reduce significativamente. Sin embargo, el factor decisivo sigue siendo la extracción mecánica correcta. Los expertos del Instituto de Salud Carlos III coinciden: «El uso de aceite sirve únicamente para facilitar la extracción; no debe sustituir la técnica de tracción continua con pinza fina».
Falsos mitos
A lo largo del tiempo han circulado numerosos remedios populares para eliminar garrapatas, pero muchos de ellos no sólo son ineficaces, sino potencialmente peligrosos. Uno de los mitos más extendidos es el de quemar la garrapata con una cerilla, un cigarro o una aguja caliente. Aunque parezca efectivo, la exposición al calor extremo provoca que el parásito regurgite el contenido de su estómago en la herida, lo que incrementa significativamente el riesgo de transmisión de enfermedades como la fiebre botonosa o la enfermedad de Lyme.
Otro error habitual es cubrir la garrapata con vaselina, esmalte de uñas o aceites espesos con la intención de asfixiarla. Esta técnica no sólo es lenta, sino contraproducente, ya que el parásito puede mantenerse adherido durante horas mientras lucha por respirar. Durante este proceso de agonía prolongada, también puede expulsar fluidos, aumentando el peligro de infección.
Tampoco es recomendable girar el cuerpo del insecto como si fuera un tornillo. Aunque se piensa que esto facilita la extracción, lo cierto es que aumenta considerablemente las probabilidades de que el hipostoma (el aparato bucal dentado con el que se ancla a la piel) se parta y quede incrustado.