Ignacio Peyró, escritor: «Julio Iglesias se puso un chándal y no se lo quitó… Estaba roto por dentro»
Ignacio Peyró revela la intimidad de Julio Iglesias en Roma: un retrato sin censura
Julio Iglesias: El mito bajo el chándal
Vendió 300 millones de discos… cuando había que ir a comprarlos
Chábeli confiesa cómo se encuentra Julio Iglesias antes de conocerse la muerte de Mario Vargas Llosa
Roma, ciudad eterna, vientre nutricio de la civilización occidental. Espejismo de Eneas, capricho de los dioses. Cuna de gemelos amamantados por loba —o por leyenda—. Elixir de Stendhal, melancolía de Shelley, tumba de Keats. Patria. A ella han sucumbido todos: emperadores con sandalias y poetas con resaca, cardenales en éxtasis místico y turistas con visera y bermudas. Todos. Absolutamente todos. En ella, alguna vez, se rigió el mundo con toga y cetro —también, laurel—, y aún hoy da la impresión de que todo lo verdaderamente importante ya ocurrió entre sus ruinas.
Por ella, por su bendito caos, por ese aroma a historia y piedra, paseamos servidora y el periodista y escritor Ignacio Peyró —hoy director del Instituto Cervantes en la città—. Y mientras andábamos, era como si los siglos nos rozaran el hombro con esa familiaridad que sólo tienen los amigos antiguos y los camareros romanos. Abrazándonos. Envolviéndonos. Sobre su calzada, entre edificios barrocos y vestigios imperiales, pisando el mismo suelo que los Césares y los Papas, hablamos de música, de cultura, de la vida y de esas cosas que parecen pequeñas hasta que uno las conversa en Roma.
Arrancamos en la Piazza Navona hablando de Julio Iglesias por ese libro genial que ha escrito (El español que conquistó al mundo), una biografía que es, a la vez, ensayo y homenaje, retrato y crónica de una época. Nos sentamos en el café pegado al Instituto Cervantes donde —¡mire usted la casualidad!—, suena Julio Iglesias a diario porque el gerente es fan; seguimos paseando hasta el Panteón, le pregunto si se ve escribiendo una Pompa y circunstancia romana.
Le lanzo la pregunta mientras nos acercamos por la via Santa Caterina da Siena. «Se ha escrito tanto de Roma por tantos y tan grandes, que si uno escribe, debe hacerlo para salirse de lo ya dicho», apunta con una serenidad muy suya. Llegamos a Agripa, sobrecogidos por él, contemplando sus columnas, su grandiosidad, hablamos. Peyró está feliz en Roma. Lo dice y se le nota. Si tuviera que quedarse con una ciudad, sería ésta. No por tópicos, sino porque aquí el arte y la cultura están a flor de piedra.
Pero el hoy protagonista no es Roma. O sí, pero de otra forma. Porque a esta ciudad de historia, hemos venido a escuchar a Peyró hablar de otro mito: Julio Iglesias. Un libro en el que logra lo imposible: contar lo que ya sabíamos con más gracia, más detalle y, sobre todo, con una literatura mayor. Un texto sin censuras, sin reverencias empalagosas ni ese tonito de «yo pasaba por aquí y también soy culto». Sólo ritmo, inteligencia y una prosa limpia, con bamboleo, que se desliza y cautiva como el mismo Julio y esas canciones que, según nuestro Julio César de la música, «la gente pone a las dos de la mañana». Canciones que sonaban mientras el mundo giraba y las discotecas abrían sus brazos a los cuerpos perdidos del amor. O de fiesta. O de ambas cosas. Pero con devoción. Los placeres culpables del pop melódico.
Es curioso —señala Peyró— cómo en España damos por hecha la universalidad de Julio, mientras que con artistas de medio pelo montamos fuegos artificiales. Fue un hombre presente en el NODO, en portadas, en Pepsi, en programas de televisión y en los murmullos del planeta. Un tipo que no tocaba instrumentos, no bailaba, no cantaba demasiado bien, pero que tenía el magnetismo de un dios pagano. «No quería ni cantar», recuerda Peyró. Pero lo hizo. Y triunfó.
Un tipo con personalidad y estilo propio que «mientras los demás se ponían flores en el pelo, él lucía una chaqueta blanca de esmoquin». Las zapatillas no las miró ni de reojo.
Julio venía de un humus muy de derechas, sin ínfulas revolucionarias. Estaba conforme con el mundo. Y quizás por eso el mundo acabó rendido a él. Quién sabe… En el libro, Peyró sostiene que los hijos se hacen con su padre o contra él. Julio se hizo con el suyo, ese doctor Iglesias Puga que fue camisa vieja de Falange, secuestrado por ETA, azote del quirófano y chispa de portada. Un personaje tan excesivo que habría fascinado a Valle-Inclán. Anda que no da juego el padre… Quizá para un sainete entero. Fue él (y sólo él) quien le provocó un dolor de esos que ni se cantan. Y fue el chándal lo que desveló al hombre detrás del ídolo. 20 días anduvo Julio con él, los 20 que duró el cautiverio de aquel simpático Papuchi.
Le giro la conversación a las mujeres. Julio y las féminas… Ellas. Rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajas, suecas, sevillanas. De todos los acentos, de calendario, de pasaporte y de madrugada. Como si cada país le hubiera prestado una musa y él, por cortesía, hubiera cantado a todas. Hoy lo detendrían. Peyró cree que amó de verdad a Isabel Preysler, pero que lo suyo fueron siempre amores de puerto y una Penélope que lo esperase en casa. Qué escena. Qué bolero. Y qué contraste con su hijo Enrique. Julio nunca se ha dejado ver apoyándolo demasiado. Ni cantando con él, ni escuchándolo en Spotify. Es otra lógica. Otro mundo, otra narrativa.
En los escaparates de las librerías romanas donde nos detenemos, entre estantes de Pinocchio, Carlo Dickens, Moravia y Pavese, la conversación se centra en libros y rincones de Roma. Cada título es un pasaporte a un tiempo distinto. Y nosotros seguimos hablando… El paseo termina por la via Flavia, por su empedrado, bajo el arco. Roma empieza a dorarse con la luz de la tarde y Peyró, impecable en su verbo y en su chaqueta, elegante como es él, se despide atento, como quien no abandona.
Me voy con el sabor de que hay placeres culpables, sí. Pero algunos —como Roma, como Julio, como Peyró— son simplemente inevitables.
Temas:
- Julio Iglesias
Lo último en Cultura
-
Ignacio Peyró, escritor: «Julio Iglesias se puso un chándal y no se lo quitó… Estaba roto por dentro»
-
Semana Santa en el mundo: un viaje al corazón de las tradiciones
-
Vargas Llosa, García Márquez, política y faldas: la enemistad de los Nobel hispánicos fraguada en España
-
Muere Mario Vargas Llosa, Nobel de Literatura: última hora en directo de las reacciones y comunicado de sus hijos
-
Del Carnaval a la Cuaresma: la rebelde pintura (y personalidad) de Maruja Mallo
Últimas noticias
-
Barcelona – Mallorca en directo: como va el partido de Liga hoy en vivo
-
El Barcelona se abraza al independentismo con una campaña con Òmnium, promotores del referéndum ilegal
-
5-3. El Illes Balears da un paso adelante en la carrera por el liderato
-
Alineación oficial del Barcelona contra el Mallorca confirmada: Ansu Fati y Fort son titulares
-
Dónde ver el Barcelona – Mallorca: a qué hora ver en directo por televisión y online el partido de Liga