Comunidad Valenciana
POLÍTICA MUNICIPAL

El alcalde de Alicante amplía el pequeño cementerio de Tabarca mientras Ribó quiere enterrar en casa

Mientras el alcalde de Valencia Joan Ribó (Compromís) proponía la pasada semana enterrar las cenizas de los difuntos en una urna biodegradable en la terraza o el jardín de casa, el de Alicante el popular Luis Barcala ha llevado a la Junta de Gobierno el proyecto de remodelación integral del cementerio de la Isla de Tabarca, con la construcción de un nuevo recinto con 20 nichos y 19 columbarios, que triplican su capacidad, pasando de 18 espacios a 57. En total, 38 más.

Sólo en el pequeño espacio (450 metros de una punta a otra) de que dispone Tabarca, Alicante contará con más nichos libres -7- que los cementerios de Valencia de El Grao (2), El Campanar (8), El Cabañal (2) y Massarrojos (20), que suman 32, según los datos que también la pasada semana ofreció el Grupo Popular del consistorio de Valencia.

Tabarca es una isla situada a unos 22 kilómetros de Alicante, con una superficie de 30 hectáreas. Se encuentra, también, muy cerca de la localidad de Santa Pola y constituye uno de los atractivos turísticos de la zona. La isla, fue incluida por una publicación de corte catalanista ‘El temps’ en su día en esos imaginarios países catalanes, como la única isla «habitada del litoral continental de los países catalanes».

Ahora, el Ayuntamiento de Alicante va a invertir en ella una cantidad que supera los 172.000 euros para la reforma integral de su cementerio, que era, además, una petición de los vecinos, menos de un centenar, que habitan de modo constante la isla.

Se da la circunstancia que frente a la iniciativa de Alicante por acometer, a través de su concejalía de Infraestructuras, la ampliación de un cementerio ante la saturación que padece, un ayuntamiento muy cercano, el de la capital de la Comunidad Valenciana, que gobierna Joan Ribó no hará más grandes los cementerios, al menos de momento. Va a optar por regalar urnas biodegradables para que los familiares y amigos del finado se lleven sus cenizas a casa y las pongan en esas urnas junto a una semilla. De modo que lo que germine lo haga sobre los restos del difunto.

Alicante, sin embargo, ha preferido por una opción más tradicional pero que facilita que los parientes y amigos del finado puedan ir a visitar su tumba al camposanto y no se levanten cada día viendo al finado en cada nueva planta que nace de la citada urna biodegradable.