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La momia gritona: el inquietante secreto de su muerte

Momias de Egipto
La momia gritona.
Francisco María
  • Francisco María
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Desde su descubrimiento en 1935, la momia de «la mujer que grita» ha intrigado a investigadores e historiadores durante años. La expresión de grito en su rostro, probablemente de agonía, ha sido objeto de múltiples teorías, pero no fue sino 89 años después que los investigadores lograron resolver el inquietante secreto de su muerte.

Hallada en una expedición arqueológica en Deir Elbahari, la momia egipcia fue sometida a un estudio exhaustivo con las técnicas más avanzadas, cuyos resultados fueron publicados en Frontiers in Medicine.

El misterio detrás de la momia de la «Mujer que grita»

Durante una expedición especial en el circo rocoso de Deir el-Bahari, un grupo de arqueólogos del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York encontró la cámara funeraria de Hat-Nufer, la madre del arquitecto y cortesano Senenmut, la cual reposaba junto a otros parientes no identificados.Momia egipcia

En la oscuridad de dicha tumba, los investigadores descubrieron una momia dentro de un sencillo ataúd de madera que, tras varios análisis, resultó ser la de una mujer adulta con un rostro desencajado que mostraba una intensa mueca de dolor. Esta particularidad sorprendió tanto a los arqueólogos que la momia fue bautizada como la «Mujer que grita».

La mujer fue enterrada con una peluca tejida con fibras de palma datilera tratada con cristales de cuarzo, magnetita y albita para endurecer los mechones y oscurecerlos. Esto demostraba que había sido embalsamada con bastante esmero. Además, lucía dos anillos de oro y plata en forma de escarabajo.

Una muerte aterradora

La extraña expresión en el rostro de aquella mujer momificada era un claro indicio de que algo había sucedido en el momento de su muerte, ocurrida hace 3500 años. La inquietante forma de su boca abierta, despertó múltiples teorías entre los expertos, siendo una de las habituales que la misma se debía a una momificación deficiente.

Un estudio reciente liderado por la arqueóloga egipcia Sahar Saleem, profesora de Radiología en el Hospital Kasr Al Ainy de la Universidad de El Cairo, permitió dar respuesta a muchas incógnitas. El equipo de investigación, a cargo del mismo, usó diversas tecnologías de vanguardia para diseccionar virtualmente la momia y, de esta manera, calcular su edad, identificar enfermedades y su estado de conservación.

De acuerdo con los resultados, la mujer medía 1,54 metros, tenía unos 48 años, y sufría una artritis leve de la columna vertebral, la cual era evidente por la presencia de osteofitos en sus vértebras. Además, le faltaban varios dientes, probablemente perdidos antes de su muerte. Se presume que fueron extraídos dado que la odontología se originó en el antiguo Egipto.

A pesar de que los investigadores no encontraron una causa evidente de su muerte, la característica expresión facial de grito en la momia es interpretada en el estudio como un espasmo cadavérico, lo que significa que, en sus últimas horas de vida, la mujer debió de padecer terribles dolores.

El espasmo cadavérico es una forma rara de rigidez muscular que se le asocia comúnmente a muertes violentas en condiciones físicas extremas y emociones intensas. Probablemente, la mujer murió gritando de agonía o dolor y, por esta razón, resultó difícil coserle la boca, explica Saleem.

Embalsamada con costosos materiales

Una de las novedades que aporta el estudio es que, a pesar de su modesto ataúd, la mujer fue momificada con materiales costosos y de calidad, como el incienso y el enebro, los cuales se importaban desde el Mediterráneo oriental, África o el sur de Arabia.

Otro dato relevante del estudio es que no se halló ninguna incisión de embalsamamiento. Además, la momia conservaba sus órganos, como el corazón, los pulmones, el hígado, el cerebro, el diafragma, el hígado, el bazo, los riñones y el intestino, lo que fue una sorpresa, dado que el método tradicional en el Reino Nuevo de Egipto (1550-1069 a.C.) contemplaba la extirpación de todos los órganos con excepción del corazón.

Anteriormente, se creía que no extraer los órganos internos del cuerpo implicaba una momificación deficiente, pero a juicio de la arqueóloga, el buen estado de conservación de la momia gritona contradice por completo esta tradicional creencia.momia egipcia

Otros casos similares

Cabe destacar que esta no es la primera momia con rictus facial que la profesora Sahar Saleem ha estudiado en su carrera; de hecho, esta se trataría de su tercer caso. En 2020 se publicó otro estudio, en el que también participó Saleem, sobre otra momia de mujer con la misma expresión facial de hace más de 3.000 años.

Aunque son muchos los secretos que se han desvelado en torno a la «Mujer que grita», tanto la identidad como el motivo de su muerte siguen siendo un misterio, por lo que aún hay que esperar un poco más para poder descubrirlos.

Conclusión

Aunque los misterios que rodean la existencia de esta momia pueden nunca ser completamente desentrañados, el eco de su grito sigue vivo, recordándonos que la historia está llena de voces que aún tienen mucho que contar. En un mundo donde lo desconocido siempre está al acecho, la momia gritona permanece como un enigma fascinante, esperando a ser explorado por aquellos valientes suficientes para enfrentarse a la verdad que guarda su oscuro secreto.

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