La ciencia lo hace oficial: ésta es la verdad sobre si es bueno comer sardinas en lata
Toma nota de lo que dice la ciencia sobre las sardinas en lata
¿Por qué salen las hormigas voladoras tras la lluvia? La ciencia tiene la explicación
Hallazgo inaudito de la NASA: descubren una mancha negra que puede ser un peligro
Giro radical en la Antártida: los científicos no dan crédito con lo que está pasando con el hielo


Por fin podemos saber si es bueno comer o no sardinas en lata, una costumbre que llevamos años repitiendo. Comer pescado no siempre es fácil, sabemos el papel destacado de los pescadores y de los pescaderos. Por un lado, obtener esta materia prima supone disponer de una inversión y de un talento que no todo el mundo tiene. De la misma forma que somos afortunados al vivir en una península rodeada de mares que aportan grandes tesoros a nuestra mesa.
Los pescadores logran un manjar que el pescadero se encarga de manipular. Esta profesión de la que cada vez quedan menos es todo un arte. Ese pescado que queda sin espinas y se prepara para comerse, tiene un precio y un tiempo de espera. Algo que quizás no tenemos en esos días en los que las prisas nos hacen tirar de las latas que tenemos en casa y que pueden ayudarnos a descubrir la grandeza de esas sardinas que son una delicia por sí solas. Un alimento que por fin sabemos si es bueno o malo para nuestra salud en estos tiempos de cambios.
Lo hace oficial la ciencia
La nutrición va cambiando con el paso del tiempo, los estudios y las personas. Lo que hace unos años era bueno, ahora es malo y viceversa. Los más damnificados han sido los huevos, un alimento muy común, que hasta hace nada, era malo para la salud. Suponía un plus de colesterol y de grasa, cuando en realidad son todo lo contrario.
Una buena fuente de proteína que dispone de muchas propiedades y que se ha convertido en uno de los básicos de nuestra dieta. Podemos empezar a prepararnos para descubrir un alimento que puede acabar siendo el que nos acompañe en estos días de una forma extraordinaria.
De la misma forma que sucede con los desnatados o los light, en peligro de extinción. Ahora es más saludable comerse un yogur o la leche entera, con esa grasa que nos ayudará a pasar más horas sin comer y eso es siempre algo que evita picar entre horas y nos mantiene en forma.
Ese coche último modelo que acabamos siendo, necesita un mantenimiento, una gasolina, que más cara o barata, se debe adecuar a nuestras necesidades. Con las sardinas en lata de la despensa quizás tenemos un tesoro.
Sabremos si las sardinas en lata son buenas
La realidad es que el pescado es un básico de nuestra dieta que parece que cada vez comemos en menor cantidad. Estamos ante un ingrediente que puede llegar de muchas formas diferentes y lo hará de tal forma que deberemos empezar a prepararnos para disfrutarlo con el mínimo esfuerzo.
Unas sardinas en lata son una opción de lo más saludable, especialmente si van en ese aceite de oliva que nos asegura un plus de grasas que nuestro cuerpo necesita para poder funcionar de la mejor manera posible. La ciencia por fin confirma lo que la tradición y el sentido común nos dice.
Tal y como nos explican desde el blog de la Universidad de Harvard: «Las anchoas, el arenque, la caballa y las sardinas son excelentes fuentes de proteínas, micronutrientes como el hierro, el zinc y la vitamina B12, y ácidos grasos omega-3 saludables para el corazón, que pueden ayudar a aliviar la inflamación dentro del cuerpo y promover un mejor equilibrio de los lípidos en la sangre. Y debido a que a menudo se come todo el pescado (incluidos los pequeños huesos), los peces pequeños también son ricos en calcio y vitamina D, dice Golden. (La caballa es una excepción: los huesos de caballa cocida son demasiado afilados o difíciles de comer, aunque los huesos de caballa enlatadas están bien para comer)».
Siguiendo con la misma explicación: «Los peces pequeños también tienen menos probabilidades de contener contaminantes como el mercurio y los bifenilos policlorados (PCB) en comparación con especies grandes como el atún y el pez espada. Esos y otros peces grandes se alimentan de peces más pequeños, lo que concentra las toxinas. También es más respetuoso con el medio ambiente comer pescado pequeño directamente en lugar de usarlo para hacer harina de pescado, que a menudo se alimenta a salmón, cerdo y aves de corral de granja. La alimentación para esos animales también incluye granos que requieren tierra, agua, pesticidas y energía para producir, al igual que el grano alimentado al ganado, señala Golden. La buena noticia es que cada vez más, la granja de salmón ha comenzado a usar menos harina de pescado, y algunas empresas han creado alimentos altamente nutritivos que no requieren harina de pescado en absoluto».
Una opción recomendable son las latas, pero con algunas excepciones: «La dieta mediterránea tradicional, ampliamente considerada como la mejor dieta para la salud del corazón, destaca los peces pequeños como las sardinas y las anchoas frescas, dice Golden. Las versiones enlatadas de estas especies, que están ampliamente disponibles y son menos costosas que las frescas, son una buena opción. Sin embargo, la mayoría de las anchoas enlatadas están curadas con sal y, por lo tanto, son altas en sodio, lo que puede aumentar la presión arterial».
Temas:
- Alimentos