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Psicología

Soy psicólogo y éstas son las frases que todos los padres deberían usar con sus hijos

Una psicóloga que es además madre desvela lo que le dice siempre a sus hijos cuando se enfadan

Ante cualquier rabieta, esta psicóloga hace siempre tres preguntas a sus hijos

Las 10 frases que confirman que tu inteligencia emocional es mayor que la del resto

La ira es una emoción humana universal. Todos, en algún momento de nuestras vidas, la hemos experimentado, y es completamente natural. A menudo surge como una respuesta automática frente a la frustración, la injusticia o el dolor. Lo importante no es evitar sentir ira, ya que es imposible, sino aprender a reconocerla y gestionarla de manera saludable. Los adultos podemos saber como manejarla, debido a los años de experiencia y desarrollo emocional. Sin embargo, para los niños, que aún están en pleno proceso de aprendizaje emocional, la ira puede parecerles una emoción incontrolable. Aquí es donde los padres juegan un papel crucial sumado además a los consejos que pueden darnos los expertos, como una psicóloga que ha revelado las frases que ofrece a los niños cuando sienten ira o están pasando por un momento de rabieta.

La infancia es una etapa donde los sentimientos pueden parecer abrumadores, especialmente emociones intensas como la ira. Los niños, al no tener las herramientas emocionales necesarias para comprender ni canalizar estos sentimientos, a menudo reaccionan con rabietas o comportamientos impulsivos. Como adultos, es fácil olvidar que las emociones de los más pequeños son tan válidas como las nuestras, aunque a menudo se expresen de manera más descontrolada. Al no entender del todo lo que sienten, los niños pueden verse envueltos en una confusión emocional que los lleva a explotar y que acaban provocando también nuestro enfado e incluso, nuestra propia ira. Por eso es fundamental que los padres les proporcionen un espacio seguro donde puedan aprender a identificar sus emociones y recibir orientación sobre cómo manejarlas y para ayudar a los padres en esta tarea, Caitlin Slavens, psicóloga especializada en trauma infantil y crianza, sugiere algunas estrategias efectivas con tres frases clave que siempre le da a sus hijos cuando se han enfadado o tienen una rabieta.

Las frases que todos los padres deberían usar con sus hijos

Con más de 10 años de experiencia, Slavens ha ofrecido una entrevista a la CNBC, en la que ha proporcionado tres frases que todos los padres deberían utilizar cuando sus hijos están enfadados o enfrentando una crisis emocional. Estas frases que conocemos a continuación, no sólo  ayudan a calmar al niño en el momento, sino que también le enseñan a gestionar mejor sus emociones a largo plazo

«Veo que te sientes enfadado por esto ahora mismo y puedo entender por qué»

Cuando un niño está inmerso en la ira, puede sentirse incomprendido y solo. Para ellos, una pequeña frustración puede parecer monumental, y a menudo lo que más necesitan en ese momento es saber que alguien los escucha y entiende. La psicóloga explica que esta frase, simple pero poderosa, transmite un mensaje claro: «Te veo, te escucho, y tus sentimientos son válidos». Los adultos tenemos la capacidad de comprender que la ira puede ser temporal, una molestia que pasará. Pero para un niño, esa emoción puede sentirse como una montaña insuperable.

Validar sus emociones no significa que estés de acuerdo con su comportamiento impulsivo, sino que reconoces la emoción detrás de ese comportamiento. Esta es una distinción crucial. Los niños, al sentirse comprendidos, comienzan a relajarse, ya que perciben que no están solos frente a su enojo. Esta validación les ofrece la oportunidad de empezar a trabajar en la gestión de esa emoción, con la ayuda de un adulto que les guía, en lugar de sentirse juzgados o reprimidos.

«Me importa cómo te sientes y te ayudaré a superar esto. ¿Qué podemos hacer ahora?»

Esta segunda frase va un paso más allá. Una vez que el niño se siente comprendido, es el momento de demostrarle que no está solo en su lucha contra esa emoción intensa. Con esta frase, estás ofreciendo tu apoyo incondicional y les estás mostrando que, aunque no puedan manejar su enojo por sí mismos, tú estás ahí para ayudarles a navegar por sus sentimientos. La idea es que el niño entienda que, aunque sus emociones son grandes y a veces abrumadoras, no tiene que enfrentarlas solo. En definitiva, se entienda como «un mensaje de equipo», donde el padre se presenta como un líder constante que quiere ayudar, no como un juez que sólo corrige.

«¿Qué tan grande es tu enfado en este momento?»

Finalmente, esta tercera frase es una herramienta valiosa para ayudar a los niños a externalizar su ira. Slavens sugiere que, cuando los niños sienten emociones fuertes, a menudo no quieren admitirlo, ya que pueden verlas como algo negativo o vergonzoso. Sin embargo, al hacer que visualicen su enojo como algo externo a ellos mismos les estás dando la oportunidad de tomar el control de esa emoción.

Preguntar «¿Qué tan grande es tu enfado?» les ayuda a reconocer su emoción sin sentirse dominados por ella. Tal vez su enojo es del tamaño de una pelota de tenis o quizá una montaña. Al hacer que piensen en su enojo de manera concreta y visual, estás ayudando a que tomen distancia de la emoción, lo que les permite trabajar activamente en hacerla más pequeña. Esta técnica no solo es efectiva en el momento de la rabieta, sino que enseña una lección valiosa a largo plazo: nuestras emociones no nos controlan; nosotros podemos controlarlas.

Enseñar a nuestros hijos a manejar su ira es un proceso que requiere paciencia, comprensión y, sobre todo, tiempo. Con estas tres frases sugeridas por Caitlin Slavens, podemos empezar a crear un espacio donde nuestros hijos se sientan vistos, escuchados y apoyados.