Cuidados del bebé

Espasmo del sollozo en bebés: qué es y cómo actuar ante un episodio

Suele ser pasajero aunque no por ello menos preocupante

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espasmo del sollozo
Qué es y como actuar ante el espasmo del sollozo del bebé
Blanca Espada

El espasmo del sollozo es un fenómeno que afecta a algunos bebés y niños pequeños cuando lloran intensamente. Consiste en una breve interrupción de la respiración que puede ir acompañada de pérdida de conocimiento, palidez o cianosis (coloración azulada de la piel). Aunque puede resultar muy angustiante para los padres, se trata de un trastorno benigno que no tiene consecuencias graves para la salud del niño pero que será bueno identificar y saber cómo actuar cuando ocurre.

Espasmo del sollozo en bebés

El espasmo del sollozo suele aparecer entre los 6 meses y los 5 años de edad, siendo más frecuente entre el año y los 3 años. No se conoce con exactitud su causa, pero se cree que está relacionado con la inmadurez del sistema nervioso central, que regula la respiración y el ritmo cardíaco.

El desencadenante suele ser una situación de estrés emocional, como un enfado, un susto, un dolor o una frustración. El niño llora con fuerza y deja de respirar involuntariamente durante unos segundos. Esto provoca una disminución del oxígeno en el cerebro y una alteración del tono muscular, lo que puede causar la pérdida de conocimiento o el cambio de color de la piel.

Existen dos tipos de espasmo del sollozo: el cianótico y el pálido. El primero es el más común y se caracteriza por una coloración azulada de la piel, especialmente de los labios y las uñas. El segundo es menos frecuente y se manifiesta por una palidez extrema y una disminución del pulso.

¿Cómo actuar ante un espasmo del sollozo?

Lo más importante es mantener la calma y no alarmarse. El espasmo del sollozo suele durar entre 10 y 60 segundos y se resuelve espontáneamente sin necesidad de intervención médica. El niño recupera la respiración y el conocimiento rápidamente y no suele presentar secuelas ni complicaciones.

Ante un episodio de espasmo del sollozo, se recomienda seguir estos pasos:

  • Colocar al niño en una posición segura, preferiblemente tumbado boca arriba o de lado, evitando que se golpee o se ahogue con su propia saliva.
  • Comprobar que las vías respiratorias estén libres y que no haya objetos extraños en la boca o la nariz.
  • Aflojar cualquier prenda que pueda dificultar la respiración o la circulación.
  • No sacudir al niño ni darle golpes en la espalda o el pecho.
  • No intentar reanimar al niño con agua fría o aire.
    Esperar a que el episodio pase y consolar al niño con cariño y tranquilidad.

¿Cuándo consultar al pediatra?

Aunque el espasmo del sollozo no suele ser grave, es conveniente consultar al pediatra si:

  • El episodio dura más de un minuto o se repite varias veces al día.
  • El niño tiene fiebre, convulsiones, vómitos o diarrea.
  • El niño tiene antecedentes de problemas cardíacos, neurológicos o respiratorios.
  • El niño tiene menos de 6 meses o más de 5 años.
  • El espasmo del sollozo aparece sin motivo aparente o sin llanto previo.

El pediatra podrá descartar otras causas más graves que puedan provocar síntomas similares al espasmo del sollozo, como la epilepsia, la apnea del sueño o una obstrucción respiratoria. También podrá orientar a los padres sobre cómo prevenir y manejar estos episodios en el futuro.

¿Cómo prevenir el espasmo del sollozo?

No existe una forma segura de evitar el espasmo del sollozo, pero se pueden tomar algunas medidas para reducir su frecuencia e intensidad:

  • Evitar las situaciones que puedan provocar estrés o frustración al niño, como las rabietas, los castigos o las negativas injustificadas.
  • Fomentar un ambiente familiar tranquilo y afectuoso, donde el niño se sienta escuchado y comprendido.
  • Establecer unas normas y límites claros y coherentes, sin recurrir a la violencia o las amenazas.
  • Enseñar al niño a expresar sus emociones de forma adecuada, sin reprimir o ridiculizar sus sentimientos.
  • Reforzar positivamente las conductas adecuadas del niño, elogiando sus logros y esfuerzos.
  • Ofrecer al niño una alimentación equilibrada, un descanso suficiente y una actividad física regular.

El espasmo del sollozo es un trastorno frecuente en la infancia que suele desaparecer con el tiempo. Aunque puede ser muy impresionante para los padres, no tiene por qué ser motivo de preocupación. Lo más importante es mantener la calma y actuar con seguridad y cariño ante cada episodio. Si se tienen dudas o se observan síntomas anormales, se debe consultar al pediatra.

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