Depresión prenatal: cómo reconocer y tratarla
Diversos estudios indicarían que la depresión prenatal puede afectar a más del 10% de las mujeres embarazadas.
Depresión en el embarazo
¿Qué le puede pasar al bebé si sufres de estrés durante el embarazo?
Cómo controlar la ansiedad del embarazo
Los antidepresivos en el embarazo son un peligro para el feto
No es raro que las futuras madres experimenten emociones cambiantes y conflictivas durante el embarazo: la alegría de la espera, de hecho, a veces se puede alternar con mal humor, tristeza o irritabilidad y nerviosismo. Sin embargo, si estos episodios esporádicos van acompañados de fatiga persistente, pérdida de interés en una misma o en el embarazo, una creciente sensación de ansiedad o frustración y trastornos del sueño, entonces podría tratarse de una depresión prenatal (o perinatal). Conozcamos mejor este tipo de depresión, cuáles son sus causas, sus síntomas y cómo se puede tratar.
Depresión prenatal: Qué es y causas
La depresión prenatal puede ser causada por un desequilibrio hormonal durante el embarazo. Otros factores que pueden contribuir a la depresión prenatal son el cansancio y la fatiga resultantes del embarazo, las ansiedades para afrontar la maternidad y las preocupaciones económicas y de pareja.
Específicamente, las preocupaciones más comunes incluyen:
- Ansiedad resultante de pasar por un evento que cambia la vida;
- La forma en que uno se ve a sí mismo, incluidas las percepciones negativas sobre los cambios físicos;
- Cambios en el estilo de vida que podría provocar la maternidad;
- La forma en que la pareja o la familia acompañan la expectativa del hijo.
Aunque la depresión prenatal es más probable entre las mujeres que tienen antecedentes de depresión, no es seguro que no pueda afectar también a aquellas que nunca han sufrido trastornos psicológicos.
¿Cuáles son los signos con los que se manifiesta?
La depresión prenatal puede comenzar en cualquier momento durante el embarazo y se caracteriza por un aumento exponencial de las preocupaciones sobre el nacimiento del bebé y la maternidad inminente. Las manifestaciones incluyen falta de energía, desapego emocional, llanto frecuente, ansiedad crónica, sensación de aislamiento y culpa por no poder sentirse feliz.
¿Cómo tratar?
El embarazo es generalmente visto como un momento de alegría y anticipación. Quizás por esto, la depresión en el embarazo puede ser difícil de admitir tanto para las futuras madres, que a menudo se sienten culpables por no sentirse felices, como para las personas que las rodean, que luchan por reconocer o aceptar un problema como este.
Sin embargo, si crees que estás deprimida o experimentas un cambio brusco de emociones durante el embarazo, es de fundamental importancia que hables con tu médico, ginecólogo o matrona, quienes podrán derivarte al especialista más adecuado.
Hablar con un psicólogo o psicoterapeuta sobre tus emociones te brindará la oportunidad de examinar los factores responsables de la depresión y te ayudará a lidiar con tu estado de ánimo con mayor conciencia y claridad.
Temas:
- Embarazo
Lo último en Bebés
-
La divertida solución de un bebé al problema que le plantean sus padres: se hace viral y la gente no da crédito
-
El nombre vasco del hijo de Xabi Alonso de sólo tres letras que está conquistando a media España
-
6 cosas increíbles que los recién nacidos pueden hacer de forma natural y que quizás no conocías
-
Es el nombre de niña más bonito del mundo y tiene 5 letras: la ciencia lo confirma
-
5 frases que tus hijos jamás van a olvidar, según el psicólogo Álvaro Bilbao
Últimas noticias
-
Hallazgo histórico: descubren una nueva especie de araña endémica del sur de España
-
La pregunta con la que Metro de Madrid está poniendo en un apuro a sus usuarios: casi nadie sabe la respuesta
-
Esto es lo que tiene que hacer tu empresa si te pones malo durante tus vacaciones: lo dice el Estatuto de los Trabajadores
-
Sale a la luz el verdadero motivo por el que Carmen Machi dejó ‘Aída’
-
Increíble pero cierto: sólo en Cataluña se abandonan 3.000 ejemplares al año de este animal, y jamás regresan