Cuidados del bebé

Consejos para el porteo seguro del bebé

Los beneficios del porteo para el bebé y cómo llevarlo de forma segura

Las mejores mochilas portabebés para llevar al pequeño de la casa

porteo bebé
Todo sobre el porteo del bebé y los consejos para llevarlo de forma seguro
Blanca Espada

El porteo es una práctica ancestral que consiste en llevar al bebé pegado al cuerpo del adulto con la ayuda de un portabebés. Esta forma de transporte tiene muchos beneficios tanto para el bebé como para el cuidador, siempre que se haga de forma segura y respetuosa. A continuación te explicamos qué es el porteo, por qué es bueno para el bebé y qué consejos debes seguir para llevarlo de forma segura.

El porteo es una forma de transporte que imita la posición que tenía el bebé dentro del útero materno, donde se sentía protegido y acogido. El bebé va sujeto al cuerpo del adulto con un portabebés, que puede ser una tela, una mochila, un fular, una bandolera o un mei tai, entre otros. El porteo se puede hacer desde el nacimiento hasta que el bebé o el cuidador lo deseen, siempre que se adapte el portabebés a las necesidades de cada etapa. El porteo es una forma de crianza con apego, que busca satisfacer las necesidades emocionales y físicas del bebé.

¿Por qué es bueno el porteo?

El porteo tiene múltiples beneficios para el bebé, entre los que destacan:

  • Favorece el vínculo afectivo entre el bebé y el cuidador, ya que aumenta el contacto piel con piel, la mirada, el olor y el calor. Estos estímulos favorecen la liberación de oxitocina, la hormona del amor, que refuerza el apego y la confianza entre ambos.
  • Estimula el desarrollo sensorial, cognitivo, emocional y social del bebé, ya que le permite observar el mundo desde una perspectiva privilegiada y participar en las actividades del adulto. El bebé recibe más información y estímulos que si estuviera en una cuna o un carrito, lo que favorece su curiosidad y su aprendizaje.
  • Regula la temperatura, el ritmo cardíaco, la respiración y el sueño del bebé, ya que se sincroniza con los del cuidador. El porteo ayuda al bebé a regular su sistema nervioso y a adaptarse al medio externo, lo que le aporta seguridad y tranquilidad.
  • Reduce el llanto, el cólico y el reflujo del bebé, ya que le proporciona una posición erguida, cómoda y segura. El porteo alivia el malestar del bebé, que se siente consolado por el movimiento y el sonido del corazón del cuidador. Además, el porteo facilita la expulsión de los gases y evita el reflujo gastroesofágico.
  • Favorece la lactancia materna, ya que facilita el acceso al pecho y la producción de leche. El porteo permite al bebé mamar a demanda, lo que estimula la producción de leche y previene la mastitis.
  • Previene la plagiocefalia, la tortícolis y la displasia de cadera del bebé, ya que respeta su fisiología y evita la presión excesiva sobre su cabeza, cuello y caderas. El porteo permite al bebé adoptar una postura natural y fisiológica, que respeta la curvatura de su espalda y la posición de ranita de sus piernas, lo que favorece el correcto desarrollo de su esqueleto y su musculatura.

¿Qué consejos debes seguir para un porteo seguro del bebé?

Para que el porteo sea seguro y beneficioso para el bebé y el cuidador, es importante seguir una serie de consejos:

Elige un portabebés adecuado

Es importante elegir un portabebés adecuado para la edad, el peso y la talla del bebé, que sea de buena calidad, transpirable y que se ajuste bien al cuerpo del adulto y del bebé.

Existen diferentes tipos de portabebés, como las mochilas ergonómicas, los fulares elásticos o tejidos, las bandoleras de anillas, los mei tais o los pouches, entre otros. Es importante informarse sobre las características y ventajas de cada uno, y elegir el que mejor se adapte a las preferencias y necesidades de cada familia.

Pon al bebé de forma erguida

La clave para un porteo seguro es colocar al bebé en una posición erguida, con la espalda curvada en forma de C, las piernas en forma de M y la cabeza alineada con la columna.

La barbilla del bebé no debe tocar su pecho y su cara debe estar siempre visible y despejada. Esta posición respeta la fisiología del bebé y evita el riesgo de asfixia o de lesiones en la columna o las caderas. El bebé debe ir lo suficientemente alto como para poder besarle la cabeza sin agacharse, y lo suficientemente cerca como para abrazarle con facilidad.

Asegúrate de la seguridad del bebé

Asegurar que el bebé tenga suficiente espacio para respirar y que no haya nada que le obstruya las vías respiratorias, como telas, capuchas, bufandas o collares.

El portabebés debe sujetar al bebé sin apretarle ni comprimirle el pecho o el abdomen, y sin cubrirle la nariz o la boca. Es importante vigilar que el bebé respire con normalidad y que no tenga signos de dificultad respiratoria, como cianosis, sudoración o agitación.

Ten en cuenta la temperatura del bebé

Vigilar que el bebé no tenga frío ni calor, y que esté protegido del sol, el viento y la lluvia. Se recomienda vestir al bebé con una capa menos que al adulto, ya que el contacto con el cuerpo del cuidador le aporta calor. También se recomienda usar gorros, guantes o mantas según la temperatura, y evitar la exposición directa al sol, el viento o la lluvia, que pueden dañar la piel o los ojos del bebé.

Revisar el portabebés con frecuencia

No solo debes revistar el portabebés con frecuencia, sino también ajustarlo si es necesario, para evitar que se afloje, se deslice o se enrede. El portabebés debe estar bien colocado y repartir el peso del bebé de forma equilibrada, sin causar molestias ni dolor al cuidador o al bebé. Es importante seguir las instrucciones de uso y colocación del portabebés, y practicar con un muñeco o con la ayuda de otra persona antes de portear al bebé.

Cambiar de posición al bebé cada cierto tiempo

De este modo podremos evitar la fatiga muscular y favorecer la estimulación de ambos lados del cuerpo. El porteo puede realizarse delante, detrás o a un lado del cuerpo del cuidador, según la edad, el peso y el interés del bebé. Es conveniente alternar las posiciones y ofrecer al bebé diferentes perspectivas y estímulos, así como respetar sus momentos de sueño y de vigilia.

Por último será importante respetar las señales del bebé y del cuidador, y dejar de portear si alguno de los dos se siente incómodo, cansado o molesto. El porteo debe ser una experiencia placentera y positiva para ambos, que favorezca el vínculo y el bienestar. Si el bebé llora, se inquieta o muestra rechazo al porteo, es mejor dejarlo y buscar otra forma de calmarlo o entretenerlo. Si el cuidador siente dolor, cansancio o estrés por el porteo, también debe parar y buscar ayuda o alternativas.

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